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Fútbol: emoción y dinero

DW-WORLD9 de junio de 2006

La fiebre del Mundial de fútbol no sólo es un fenómeno de masas, sino también un negocio monumental. La prensa europea aborda ambos aspectos en sus comentarios, a la espera del pitazo inicial.

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La eufórica burbuja del Mundial.Imagen: picture-alliance/dpa

El Tagesspiegel, de Berlín, escribe: "Hay gente a la que todo esto le da lo mismo, que se siente divertida, rodeada por una locura. El rey fútbol rige el mundo, cantaban en 1974 los jugadores de la selección nacional alemana y, en ese entonces, resonaba aún cierto dejo de ironía. Hoy en día, algunos lo consideran tremendamente serio. ¡Un juego! ¿No hay acaso nada más importante? Ciertamente lo hay, y en cantidades. En 33 días todo habrá acabado. Valga como consuelo para todos aquellos que ya no pueden soportar el asunto. Pero todos, también ellos, se quedarán con algo muy especial: el recuerdo de un Mundial en el propio país."

Momento burbujeante

Die Welt, también de la capital alemana, apunta: "Más de un cuarto de millón de personas celebraron su propia alegría mundialista en Berlín; un estadio repleto observa a la selección alemana cuando entrena; (...) Nada es más fácil de comunicar que el fútbol, con todos sus misterios; nada es más complicado que la política, con todas sus soluciones. Los políticos que lo respetan permanecen a prudente distancia, como Angela Merkel. ¿Qué es lo que el Mundial en casa puede significar para los alemanes? Un leve mareo, una sensación de liviandad de la que cualquiera puede dejarse contagiar. Si hay algo que puede cambiar a cada uno es la vivencia de poder ser, en este mundo tan complicado, nuevamente como un niño. Eso no puede perjudicar a ninguna nación, tampoco a la alemana. Pero no nos engañemos. El maravilloso ánimo burbujeante de ahora no durará mucho más allá del 9 de julio. Lo que cuenta es el momento".

Alemania dividida

El Berliner Morgenpost comenta: "El juego comienza. El mundo tiene la mirada puesta en este país. La propia Alemania parece ser una vez más un país dividido. Una mitad vibra con la lucha por el balón, con un entusiasmo que no se había visto desde hace largo tiempo. La otra se muestra enervada. Hace tiempo que el fútbol ha dejado de ser el asunto secundario más lindo del mundo. Porque es también un gran negocio. Desde ya se ha calculado cuántas ventas adicionales reportará el Mundial a la economía nacional, cuántos nuevos puestos de trabajo se crearán y que impulsos producirá para el desarrollo coyuntural".

Don dinero

El aspecto económico del Mundial también es abordado por el periódico La Tribune, de París, que opina: "¿Gobierna el dinero al fútbol? Eso ya está largamente probado. Hace mucho tiempo que la gran fiesta mundial del balón ha dejado de ser sólo un torneo deportivo. También es -y algunos dicen que ante todo- un asunto de dinero. De mucho dinero. Todo lo relacionado con el rey de los deportes puede ser cuantificado y traducido a dinero. Resultado: el negocio del fútbol reporta millones, de dólares o de euros. Y nada, o casi nada, escapa a la atención de la multinacional del fútbol con sede en Zúrich: la FIFA y su presidente. (...) Sin embargo, al dejarse cautivar excesivamente por el encanto del dinero, el fútbol pierde su alma. (...) Franz Beckenbauer, el legendario representante de este deporte y organizador del Mundial de Alemania, teme incluso que el comercio gane la supremacía sobre el fútbol y demanda una gran depuración. Él no es el único".