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Son la primera pareja presidencial francesa que no está casada. Ahora además la ostentativa discreción de la primera dama molesta a los franceses. Durante la campaña alectoral, Valérie Trierweiler, una mujer considerada temperamental y combativa, logró convertir a su pareja en un candidato carismático. Pero en lugar de seguir en el candelero, Valérie Trierweiler desea ahora volver a la normalidad y retomar su actividad periodística. Por el contrario, la expareja de Hollande, Ségolène Royal, quiere seguir haciendo carrera política tras su comprometida ayuda durante la campaña.