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Europa sufre mayor alteración climática de los últimos 5.000 años

JOV / Agencias29 de noviembre de 2005

El clima en Europa está experimentando los mayores cambios que ha sufrido en los últimos 5.000 años, dice un estudio de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

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Planta carbonífera de Scholven en Gelsenkirchen, al norte de Colonia.Imagen: AP


El documento analiza la situación ambiental en una treintena de países, que incluyen los de la Unión Europea, los candidatos y los asociados y evalúa la eficacia de las políticas que han aplicado en ese ámbito en los últimos cinco años.

Como principal conclusión destaca que 'el cambio climático ya está en marcha', como demuestra la cada vez mayor presencia de fenómenos meteorológicos extremos, la escasez de agua en algunas regiones y el retroceso del hielo en los polos.

El fenómeno también se refleja en el aumento en 0,95 grados centígrados de las temperaturas medidas europeas, que se prevé se incrementarán 'entre 2 y 6 grados a lo largo de este siglo', alerta el documento.

Limitar subida de temperatura

La directora de la Agencia Europea de Medio Ambiente, Jacqueline McGlade, dijo en la presentación del informe que 'Europa tiene la obligación de mirar más allá de 2012 y de sus fronteras', dado que el cambio climático es un problema 'global'.

Según la responsable de esa Agencia, hace falta una mayor reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, dado que aunque la UE lograra limitar la subida de las temperaturas a un máximo de dos grados 'viviremos en unas condiciones atmosféricas jamás experimentadas por seres humanos'.

Reserva de la biodiversidad

Aunque el cambio climático es el reto más inmediato, existen otras prioridades ambientales, como la lucha contra la contaminación atmosférica, la regulación de los productos químicos para reducir sus efectos sobre la salud o la conservación del suelo como recurso productivo y reserva de la biodiversidad.

Para evaluar la situación en el continente, el documento analiza nueve indicadores: emisiones de gases de efecto invernadero, consumo de energía, electricidad renovable, emisiones de sustancias acidificantes y de precursores del ozono, demanda del transporte de mercancías, superficie dedicada a la agricultura ecológica, residuos urbanos y uso de recursos hídricos.

España a la cola

Por países, sitúa a España a la cola de la UE en el cumplimiento de muchos de los objetivos medioambientales comunitarios, debido a un rápido crecimiento económico, que no se ha visto acompañado de medidas para afrontar los problemas derivados.

El informe destaca los progresos logrados en los últimos treinta años gracias a la legislación comunitaria, pero pone de relieve los retos todavía por alcanzar. Europa 'deberá hacer un mayor uso de las energías renovables', ámbito en el que España ocupa un buen lugar en el ranking, al ser el segundo mayor productor mundial de energía eólica.

Alerta a la industria turística

'En una economía cada vez más globalizada, las decisiones de los consumidores de cualquier lugar afectan cada vez más no sólo al medio ambiente europeo, sino también al de muchas otras partes del Además, cita un análisis reciente según el cual entre 1990 y 2000 crecieron un 6% las zonas urbanas en Europa, con la utilización de más de 800.000 hectáreas de suelos naturalmente productivos para la construcción de viviendas, oficinas, comercios y otras superficies artificiales.

El informe alerta de que el turismo contribuye a la expansión de esas zonas, 'sobre todo en los aledaños de aglomeraciones costeras como, por ejemplo, la súper urbanizada costa mediterránea'.

Un desarrollo mal planificado del turismo 'puede incrementar además la presión sobre zonas que ya padecen escasez de agua', alerta la Agencia Ambiental. McGlade insistió durante la rueda de prensa en que las políticas ambientales 'han demostrado ser un incentivo a la innovación, y no un obstáculo'.

Por su parte, la vicepresidenta de la Comisión Europea, Margot Wallstrom, señaló que 'hay que hacer aún mucho' para reducir el impacto de la contaminación, fenómeno que produce la muerte prematura de 370.000 ciudadanos europeos al año.