¡Esquizofénico!, ¿seguro?

Si usted sale de su casa y ve un auto estacionado con dos personas dentro, ¿pensaría que lo están vigilando? Si es así, siempre le ocurre y no cambia de opinión aunque otros aseveren algo distinto, probablemente tenga una percepción enajenada. Si a ello se suman estados de angustia, si no puede concentrarse, o escucha voces que comentan sus acciones o lo impelen a ellas usted sufre, probablemente, una esquizofrenia del tipo paranoico. Si ha llegado al punto de sentir que su vida no funciona o su entorno lo percibe así, requiere de ayuda médica. Neurólogos y psiquiatras se encargan, entonces, del caso.

En manos del especialista

Y la manera de diagnosticar es la historia clínica, mediante preguntas acerca de los síntomas. Entonces, normalmente, se receta medicamentos. Sin embargo, no es poco frecuente que el diagnóstico basado en síntomas percibidos por una persona en un estado nervioso alterado no sea el más fidedigno y, por consiguiente, errado. Esto, al igual que las paranoias, es más común de lo que uno querría creer.

Un primer instrumento de laboratorio

Un equipo de investigadores germano-británico ha determinado, por primera vez, un biomarcador en el líquido cerebro-espinal que comprueba que la persona sufre, efectivamente, de una esquizofrenia. Durante cinco años, el grupo de especialistas en neurología y psiquiatría -procedentes de las Universidades de Colonia, Cambridge y Londres- han examinado a 152 personas: 70 sanas y 82 con esquizofrenia de tipo paranoico. En estas últimas se detectó cambios en el nivel de glucosa y en otros componentes metabólicos del líquido cerebro-espinal.

Costoso y complejo

Que el equipo en torno al catedrático Markus Leweke, psiquiatra y neurólogo de la Universidad de Colonia, haya detectado este biomarcador representa una gran esperanza para la gente que adolece de este tipo de afección neurológica-psiquiátrica. El procedimiento de laboratorio desarrollado en base a esto, por el momento se encuentra aún restringido al ámbito científico, pues debido a su alta complejidad oscila entre los 2500 y los 5000 por paciente. Tardará todavía algunos años en ser asequible para cualquier clínica, sospecha Leweke. Del interés comercial que despierta depende su difusión.

Más común de lo que se creería

La esquizofrenia paranoica -as alucinaciones acústicas, la sensación de que otros pueden leer o manipular los propios pensamientos, los problemas afectivos y los terribles problemas de concentración- no es poco común. Según información de prensa, una de cada 100 personas ha sufrido alguna vez en su vida en un estado paranoico. En Alemania unas 800.000 personas conocen un estado nervioso de este tipo, durante el cual no se puede distinguir entre realidad y alucinación. Según las estadísticas entre 10 y 15 por ciento de los afectados optan por el suicidio en el decenio que sigue al comienzo de la enfermedad.

La difusión del análisis de laboratorio basado en el biomarcador detectado por el equipo de Leweke ayudaría a combatir a tiempo la enfermedad, así como también a asegurar que el paciente no ingiera, a veces por años, una medicación basada en un diagnóstico incorrecto. Esto último podría provocar, especialmente en personas sensibles, un estado de estrés que, a su vez, podría generar, ahora sí de verdad, una esquizofrenia.