"Es como hacer volar la Iglesia del Santo Sepulcro"
23 de febrero de 2006
El diario alemán Die Welt opina: "Los no chiítas apenas sabrán calificar la magnitud de este atentado contra la Mezquita Dorada en Samarra. El ataque es comparable con la eventual voladura de la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. El origen de este atentado, sin embargo, no es el fanatismo religioso sino un frío cálculo político. Este atentado tiene el potencial de desatar una guerra civil en Irak, algo que no consiguieron hasta ahora todas las matanzas entre sunitas y chiítas.
Al Qaida y sus grupos afiliados están dispuestos a impedir la consolidación del Irak. […] Los iraquíes han superado a Saddam Hussein. No deben rendirse ahora a los que boicotean su futuro."
Atentado con cálculo político
El diario británico The Times escribe: "Este atentado es un sacrilegio que coloca la furiosa rabia sobre las caricaturas danesas en su perspectiva realista. Tanto el momento como el simbolismo de esta infamia no fueron una casualidad sino bien calculados. El objetivo de este atentado fue torpedear las negociaciones para constituir un gobierno en Bagdad. Se trató de una explosión política."
Fitna: guerra interna entre musulmanes
El periódico italiano Il Messaggero analiza: "Desde el 11 de septiembre 2001 supimos que el antiamericanismo se iba a extender en el mundo, especialmente en el mundo musulmán. Las guerras que siguieron en Afganistán e Irak sólo echaron más leña al fuego. Y ahora hemos entrado en una nueva fase: la transformación del antiamericanismo y del sentimiento anti occidental en un arma política en manos de regímenes que carecen de toda legitimidad interna. Esta mezcla peligrosa entre sentimiento de unidad e instrumentalización del Islam conduce ahora al mundo árabe al borde del abismo. En este mundo brota el peor virus que conoce el mundo musulmán: la fitna, la guerra interna. Una prueba de ello es lo que pasó ayer en Irak."
Satisfacción en Teherán
El diario suizo Tages-Anzeiger apunta: "Con gran preocupación se registra en Washington el aumento de la violencia sectaria en Irak y cunden las sospechas sobre la presunta influencia de Teherán. Pues rara vez un intento de cambiar el rumbo de la historia por medio de una guerra miope se convirtió en un fiasco histórico como en Irak. […] La victoria electoral de los chiítas en Irak y la desconfianza entre los partidos chiítas y el gobierno Bush han causado satisfacción en Teherán. Lo que no consiguió una guerra sangrienta de ocho años entre Saddam y los ayatolás podría convertirse ahora en realidad tras la última guerra: un estado iraquí jibarizado y atado políticamente al Irán."