Erdogan contra los académicos turcos por la paz
30 de octubre de 2017Dilek Dizdar no ha recibido notificación alguna de su acusación. La catedrática de germanística intercultural y ciencias de la traducción en la Universidad de Maguncia es una de las 1.128 firmantes de un manifiesto por la paz, por parte de la iniciativa "Académicos para la Paz”, dirigida al gobierno turco en enero de 2016, donde se le exigía que acabara con la intervención militar turca en zonas kurdas y solucionara el conflicto kurdo pacíficamente. También la firmaron 120 académicos turcos residentes en Alemania.
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La acusación de las Fiscalía turca a los firmantes es hacer, presuntamente, "propaganda para una organización terrorista”, ya que pretendían presentar al Estado turco como "fuerza ilegítima y destructora” y legitimar la violencia a través del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK)". Aparentemente, todos los firmantes serán acusados. El primer juicio tendrá lugar el 5 de diciembre. Se espera que cada uno de los acusados tenga un proceso individual. Hasta ahora todos los académicos proceden de la İstanbul Üniversitesi, Galatasaray Üniversitesi, İstanbul Teknik Üniversitesi (Universidad Técnica de Estambul) y la Marmara Üniversitesi.
Académicos en la mira
La iniciativa "Académicos para la paz" se puso en marcha en 2012 con el fin de buscar una solución democrática y pacífica al conflicto kurdo. En dicha carta, los académicos criticaron la actuación de las fuerzas de seguridad turcas emplazadas en las regiones kurdas a finales de 2015 como "política de destrucción y expulsión”.
"Conozco a una gran cantidad de colegas afectados", dice Dizdar. Algunos investigadores están becados con la iniciativa Philipp Schwartz de la Fundación Humboldt, que ayuda a investigadores, cuyas vidas corren peligro. Según la ley turca, las penas por propaganda terrorista ascienden hasta los siete años y medio de prisión.
Dilek Dizdar no pensó entonces que tendría problemas a la hora de firmar esta petición de paz. De igual manera piensa Kader Konuk, directora del Instituto de Ciencias Turcas en la Universidad de Duisburg-Essen: "No esperábamos que el llamamiento al diálogo y la toma de negociaciones de paz originarían esta oleada de criminalización”.
Ahora cree que recibirá una carta del gobierno turco. "Erdogan degradó, justo después de la publicación de la carta, a todos los firmantes, diciendo que éramos pseudointelectuales”, dice Konuk. La oleada de despidos comenzó tras varios días de la publicación del escrito.
Tras el intento de golpe de Estado en julio de 2016, se proclamó el estado de excepción y muchos investigadores se vieron en apuros. Los primeros firmantes de los 1.128 ya fueron detenidos en primavera de 2016, dice Konuk. "Entonces no podíamos prever que todos los firmantes tendríamos que pasar por un proceso judicial. Ahora sí está claro”, comenta. Entretanto, casi la mitad de los afectados no solo ha sido despedida, sino que además no tiene permiso ni para viajar ni para ejercer su profesión.
La solidaridad no es suficiente
Konuk ha creado la "Academia en el exilio" como respuesta a la situación de los investigadores turcos. En Essen y Berlín, los científicos tendrán la oportunidad de seguir trabajando sin miedo. Hay diez becas de investigación, solo para investigadores turcos. "Los científicos turcos son los que más están en peligro en todo el mundo”, explica Konuk.
Si después deciden quedarse permanentemente en Alemania, tendrán que solicitar asilo y esperar una respuesta positiva de las autoridades germanas. "Son personas que tienen mucho bagaje profesional: sicólogos, sociólogos, artistas y actores”. La sociedad alemana podría sacar mucho provecho de estas becas, no solo los investigadores turcos.
Julia Vergin (rmr/jov)