Pasado el boom de la energía solar, cuando el Estado ofrecía numerosas subvenciones para promoverla, el sector de la energía fotovoltaica alemana tuvo que reinventarse. De ahí surgieron algunas buenas ideas, por ejemplo módulos solares que se transportan en una maleta. La idea es descentralizar el suministro, de forma que cada uno pueda producir su propia electricidad; y sin subvenciones.