Empresas: retorno a casa
7 de agosto de 2006Entre 2001 y 2003, casi el 25 por ciento de todas las empresas industriales alemanas trasladaron partes de la producción al exterior. En el ínterin, una de cada cuatro ha vuelto, por estimar erradamente importantes factores de la producción en el extranjero.
A cada ola de traslados al exterior le sigue dos años después la ola de retornos, se constató en un estudio del instituto ISI, de Karlsruhe. Las causas de la vuelta a Alemania sorprenden: más de la mitad de las empresas dan como razón de su retorno los altos costos de producción en el exterior.
En segundo lugar figuran, en cuatro de diez casos, razones de calidad. Y también los costos de coordinación y comunicación entre la matriz y las instalaciones de producción en el extranjero disuaden a las empresas de seguir produciendo en otros países.
Mano de obra poco cualificada y corrupción
Asimismo la falta de mano de obra cualificada y la corrupción que campea en muchos países les dan dolores de cabeza a las empresas que han trasladado producción al exterior.
"Muchos jefes de empresa tienen evidentemente la impresión de que si no sacan parte de la producción al extranjero pierden competitividad", dice Steffen Kinkel, uno de los autores del estudio de ISI.
Entre los argumentos que se esgrimen para trasladar procesos predominan los menores costos de sueldos, los aparentemente menores impuestos a las empresas, más flexibilidad y nuevos mercados.
Para el 85 por ciento de las empresas, los costos de producción son por lo menos una de varias razones para producir fuera de Alemania. El 40 por ciento de las empresas esperan además ganar nuevos clientes en las respectivas regiones.
Gruesos errores de cálculo
El 30 por ciento de las empresas aspiran, con el traslado de la producción, ganar en rapidez y poder entregar en forma más flexible. Una de cuatro empresas se siente atraída por menores impuestos y contribuciones.
"Pero al final, lo que prima es la sensación de que hay que hacerlo porque todas las empresas lo hacen", agrega Kinkel. O sea, un argumento bastante irracional.
Los responsables en las empresas evidentemente no sacan bien los cálculos. Sólo así se pueden explicar los gruesos errores de cálculo, motivo, en la mayoría de los casos, del retorno a Alemania.
Un desastre
Una empresa que ha sufrido en carne propia las consecuencias negativas de irse de Alemania es Optotec, con sede en Rathenow, este de Alemania, que fabrica aparatos de técnica óptica. En 1995, Optotec encargó a una empresa asociada en Bulgaria la producción de herramientas de fundición a presión.
"En lugar de los 43.000 euros que en Alemania costaba cada molde de fundición a presión, en Bulgaria iba a costar unos 3.900 euros", dice Joachim Mertens, director gerente de Optotec.
Pero el traslado de la producción terminó en un desastre. "Los costos para Optotec fueron inmensos: constantemente venían operarios a Alemania para aprender a trabajar y técnicos alemanes se pasaban semanas en Bulgaria. No obstante, los productos que nos llegaban debían ser corregidos y retocados permanentemente", recuerda Mertens.
"Cuando hicimos un balance, fue un shock: el primer año, para realizar un euro de facturación gastábamos siete euros en Bulgaria. Lo que habíamos calculado eran costos de 40 a 50 centavos", agrega.
Decisiva es la estrategia
"Las empresas que salen al exterior para estar más próximas a los mercados o clientes, son las que menos retornan", concluye Kinkel. Es decir, que en definitiva, lo que decide sobre el éxito o el fracaso es la estrategia. La paradoja: las empresas que sólo quieren ahorra costos son las que más pierden.
Por ello no puede extrañar que entre las empresas que más retornan a Alemania se cuenten sobre todo las de la industria química y del automóvil: se trata de sectores con alta intensidad de capital. Las empresas que menos vuelven son las de la industria eléctrica, en la que en general los costos se generan sobre todo en la mano de obra.
También es importante adónde una empresa desplaza la producción. Seis de cada diez empresas alemanas cierran plantas en Europa Occidental. Pero sólo el 20 por ciento lo hace en los nuevos países miembros de la Unión Europa o América del Norte y Central. Los retornos de Asia, el Este de Europa y América del Sur son hasta ahora aún más raros.