Cada mañana desde hace siete años, Edward B. Gordon pasea por la capital alemana en busca de nuevos motivos que le inspiren. Por las tardes, pinta un cuadro y lo subasta en su blog. La puja mínima son 150 euros. Pero sus clientes han llegado a pagar hasta mil. Gordon ha ido haciéndose un nombre en el mundo del arte y ha vendido ya más de 2000 cuadros.