La ampliación del parque eólico se frenó sensiblemente los últimos años en Alemania. Un sector entero está en la cuerda floja. Y sin esta fuente de energía barata las metas de protección climática acordadas recientemente por el gobierno serán inalcanzables. El reportero Jörg Moll muestra por qué, y en qué volumen, se deberían construir parques eólicos en Alemania para alcanzar, a un coste moderado, los objetivos climáticos. Habla con protectores de la fauna silvestre y personas que dudan del cambio climático. Están agrupados en asociaciones pequeñas, pero muy organizadas, que rechazan la construcción de parques eólicos. Durante una manifestación, uno de ellos resume su posición: "Nadie quiere tener delante de su casa ni una central nuclear ni un parque eólico”. Institutos de investigación de energías renovables como el Fraunhofer IWES de Bremerhaven, lamentan la falta de apoyo del gobierno federal. Un desinterés que habría provocado el brusco parón de la energía eólica. Las empresas del sector advierten: "Los gobiernos declaran a los cuatro vientos que apoyan las energías renovables, incluida la eólica, pero, la realidad es que se hace todo lo contrario (...) tienen miedo de ciudadanos indignados. No quieren perder votos”, opina Johannes Lackmann, gestor de un parque eólico. ¿Se rinden los gobiernos ante los opositores a la energía eólica a pesar de que el 80% de la población apoya en las encuestas esa fuente de energía?