"El número de desafiliados a la Iglesia duele"

Las dos principales iglesias cristianas en Alemania se están achicando lentamente y esta tendencia continuará. El último viernes, la iglesia católica y la protestante publicaron la cifra de sus afiliados en 2017. En ambos casos, la cantidad de miembros ha disminuido.

El número de católicos en Alemania disminuyó de 23,6 millones en 2016 a 23,3 millones en 2017. El número de protestantes cayó de 21,9 millones en 2016 a 21,5 millones en 2017. Estas últimas cifras son parte de una tendencia duradera que ha estado yendo en la misma dirección desde la reunificación alemana.

La principal razón de esta reducción es el cambio demográfico y el envejecimiento de sus miembros. El número de feligreses que mueren cada año es más alto de que llegan. Por ejemplo, 390 mil miembros de la iglesia protestante murieron el año pasado, pero solo alrededor de 180 mil nuevos ingresaron a ser parte de la iglesia tras el bautismo.

Una de las razones es la dificultad de involucrar a personas más jóvenes. "Muchos jóvenes apenas entran en contacto con la vida de la iglesia porque ya no reciben socialización y educación cristiana", dice Olaf Müller, asistente de investigación del Cluster de Excelencia en Religión y Política de la Universidad de Münster. "Y esto significa que no encontrarán el camino a las iglesias más adelante", añade”.

Creencias desconocidas

Según las estadísticas de la iglesia, casi el 43 por ciento de los alemanes se describen a sí mismos como ateos o indican una creencia que no es la católica ni protestante. El hecho de que la cantidad de estas personas esté creciendo no es solo porque menos jóvenes se vuelven miembros de una de las iglesias y los feligreses más antiguos mueren. Los retiros son otro problema para ambas instituciones.

"El número de desafiliados de iglesias duele", comentó Hans Langendörfer, Secretario de la Conferencia Episcopal Alemana, sobre las últimas cifras publicadas el viernes. "Queremos entender por qué la gente no puede encontrar un lugar en la Iglesia para su orientación de vida y fe".

La explicación del investigador religioso Olaf Müller es que la mayoría de las personas que abandonan conscientemente la iglesia no están, en concreto, insatisfechas con su iglesia o su pastor. La investigación ha demostrado que muchos simplemente no se identifican con los rituales y las enseñanzas de la iglesia.

Polonia como ejemplo de lo contrario

Un tercer punto al que los expertos culpan por la disminución de feligreses de la iglesia es el desarrollo social que está cambiando vidas no solo en Alemania sino también en muchos otros países occidentales.

"Estos incluyen la individualización y el aumento de la prosperidad, que van de la mano con el hecho de que la gente ya no necesita la religión de esta manera", explica Müller. Además, hoy en día la gente tiene más ofertas para pasar su tiempo libre que hace un par de generaciones. El servicio ya no es el único foro para encontrarse con sus amigos.

Sin embargo, hay excepciones que contradicen esta tendencia. "Dondequiera que la religión y la iglesia moldeen fuertemente la identidad nacional, más personas son también miembros de la iglesia", explica Müller, citando a Polonia como ejemplo.

Una parte importante de la sociedad civil

Pero en Alemania hay buenas noticias para la iglesia protestante y católica. "No existe un odio hacia la iglesia”. "Aunque no vayan a la iglesia, la gente valora las iglesias, entre otras cosas, como actores importantes en el campo social", dice Müller.

La iglesia protestante también enfatiza el significado social en su declaración sobre las cifras actuales de miembros. El informe indica que el número de guarderías infantiles en la iglesia protestante aumentó de 8.495 a 8.800 entre 2011 y 2017.

El número de plazas para niños en instituciones protestantes aumentó durante este período en 42.918 plazas; es decir, casi el ocho por ciento. La iglesia protestante y la diaconía ofrecen más de medio millón de plazas en sus guarderías. Al menos para los más pequeños, la iglesia sigue siendo importante.

Autor: Carla Bleiker (CT/EAL)