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El infierno de Azovstal: así se vive en un refugio antiaéreo

Alexander Sawizkij
17 de mayo de 2022

Dos meses sin medicamentos, sin suficiente comida y bajo bombardeos constantes: una mujer contó a DW cómo fue su rescate de un búnker de la acería de Azovstal, en Mariúpol, Ucrania.

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La acería Azovstal, en Mariúpol. (11.05.2022).
La acería Azovstal, en Mariúpol. (11.05.2022).Imagen: Alexander Ermochenko/REUTERS

Lydia fue evacuada de la acería de Azovstal, en Mariúpol. No quiere que se sepa su nombre ni el lugar donde se encuentra ahora, por miedo de que le pase algo a sus padres, que todavía están en Mariúpol. En los primeros días luego de su llegada a un lugar seguro en Ucrania se siente desorientada, atemorizada y aturdida. Solo unas semanas más tarde pudo acceder a mantener una conversación. Se ve pálida y cansada. El miedo constante en sus ojos solo desaparece cuando narra cómo fue recibida en el lugar de destino del convoy de evacuación

DW: ¿Cómo fue que llegó a la acería de Azvostal y cuánto tiempo estuvo allí?

Lydia: Yo trabajaba en esa fábrica y sabía que allí había refugios antiaéreos equipados especialmente. El 6 de marzo, cuando los bombardeos se hicieron insoportables en la ciudad, mi marido y yo decidimos escondernos en uno de los sótanos de la fábrica. Yo sabía que allí es más seguro. Pensamos que nos quedaríamos por unos pocos días, pero fueron dos meses.

¿Cuántas personas se escondieron allí de los ataques aéreos rusos?

Es difícil decirlo. En las últimas semanas ya nadie las contaba. Al principio éramos aproximadamente 30, pero era un ir y venir de gente. Una vez calculamos que éramos 47, pero esa cifra cambiaba constantemente. Antes de la evacuación, ya nadie podía contar cuántas personas estaban allí.

Según las autoridades ucranianas, la acería de Azovstal era bombardeada permanentemente. ¿Era posible salir del búnker por un corto tiempo?

Al principio podíamos salir a tomar aire, pero cuando los disparos aumentaron, solo salíamos para cocinar en la fogata. Al final, estábamos todo el tiempo bajo tierra. Allí hay un túnel, en el que cocinábamos. Aproximadamente desde el 20 de abril ya no subimos a la superficie. No salimos durante dos semanas.

Explosiones por bombardeos en la acería Azovstal. (11.05.2022).
Explosiones por bombardeos en la acería Azovstal. (11.05.2022).Imagen: Alexander Ermochenko/REUTERS

¿De dónde recibían los alimentos?

En el búnker había provisiones que puso allí la administración. Pero no había mucho, solo para un par de días. Ese búnker fue construido en los años 60, cuando nadie pensaba que allí podían vivir personas durante un largo tiempo. Había conservas, agua, galletitas y carne en conserva. La mezclamos e hicimos sopas. Al comienzo, la gente que llegaba desde afuera traía alimentos, mantas y vestimenta abrigada. Pero no todos compartían su comida. Algunos comían debajo de las mantas. Cada persona es distinta.

¿Qué tipo de ayuda prestaban los soldados ucranianos a las personas que estaban allí? La propaganda rusa asegura que el Ejército ucraniano los mantenía ahí por la fuerza.

No, mi marido y yo salimos varias veces del búnker y también volvimos cuando fue posible. Pero cuando empezaron los bombardeos fuertes nos tuvimos que quedar en el refugio. A veces entraban soldados y les traían dulces a los niños. Nos decían que, por supuesto, podíamos salir, pero al mismo tiempo nos advertían de los bombardeos masivos.

¿Había también personas enfermas o heridas en el refugio aéreo? ¿Se las pudo ayudar?

Heridos no había, pero había personas que necesitaban asistencia médica. Yo era una de ellas. Sufro de una enfermedad en la sangre y necesito inyecciones todos los días, pero nadie podía dármelas. También había gente que necesitaba dosis diarias de insulina, pero tampoco las conseguían. Un hombre tenía dolores tan fuertes en un brazo que hubiera precisado analgésicos, pero no había. Gritó toda la noche.

¿Conoce personas que fueron voluntariamente a la región actualmente ocupada de Donetsk? ¿Le quedaba claro durante la evacuación a dónde la llevarían?

No sabíamos nada. Nuestros soldados llegaron y nos dijeron que teníamos cinco minutos para empacar y para ir hacia la evacuación. Quien tenía una mochila lista, se levantaba y salía. No sé quién fue a Donetsk o a Rusia. Cuando fuimos recibidos afuera por los voluntarios de la ONU y de la Cruz Roja, nos dijeron que estábamos seguros, que nadie nos dispararía. En la filtración podíamos elegir a dónde queríamos ir.

¿Dónde se llevó a cabo exactamente la filtración?

No lo sé. Era un lugar que no había visto nunca.

¿Qué sucedió durante la filtración?

(Lydia calla durante un momento, baja la cabeza y cierra los ojos). Sobre eso no voy a hablar.

¿Cuánto tiempo duró el viaje desde Azovstal hasta el lugar donde fueron recibidos?

No sé. Ni siquiera lo puedo decir aproximadamente. Nos sacaron de Azovstal por la noche, luego nos fuimos, y a medianoche estábamos en la filtración. Después de eso, seguimos viaje por un largo rato.

¿Quién los recibió en el lugar de destino? ¿Se les brindó ayuda?

¡Nos recibieron muy bien! Nos dieron ropa y zapatos nuevos y nos pudimos asear. Llegaba gente constantemente y nos traían comida, productos de higiene y otras cosas. No tuvimos ningún problema en absoluto. Nos llevaron a una habitación separada donde podemos estar tranquilos y allí se podía dormir bien.

¿Tiene un lugar donde vivir? ¿Quiere seguir viaje hacia otro lugar?

Todavía no lo sé. Todavía no puedo entender bien todo lo que está pasando. En primer lugar, quiero descansar. Eso es todo.

(cp/ms)