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El diluvio que viene

12 de agosto de 2002

El verano 2002 se ha convertido en una pesadilla para muchos. Tormentas de inusitada intensidad han asolado amplias regiones de Europa presagiando, según los ecologistas, el desastre que provocará el efecto invernadero.

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Las tempestades azotan a Europa: ¿un adelanto del cambio climático?Imagen: AP

Algunas zonas de Alemania, Italia, Austria, España y Rusia han sufrido verdaderos diluvios y catastróficas inundaciones. El fenómeno no sólo se observa en Europa. En diversas partes del mundo se ha registrado un aumento de los temporales y tempestades eléctricas en las últimas semanas. ¿Son éstas las temidas consecuencias del cambio climático, o se trata simplemente de fluctuaciones normales del clima?

Un pequeño adelanto

La organización ecologista alemana Liga de Protección de la Naturaleza (Nabu) considera que los europeos están viendo "un pequeño adelanto de aquellas situaciones de las que vienen advirtiendo desde hace años los climatólogos". En vista de las actuales catástrofes, el director ejecutivo de Nabu, Gerd Billen, instó a adoptar medidas urgentes para proteger la atmósfera, subrayando que resulta irresponsable rechazarlas aduciendo argumentos económicos. "Los daños ocasionados por esta serie de temporales demuestran que el costo de la protección del clima es una nimiedad en comparación con lo que nos amenaza si no actuamos consecuentemente", afirmó el ecologista, en Bonn.

Pero no sólo el récord de inundaciones inquieta a los entendidos, sino también los períodos de sequía que se registran en otras zonas del mundo, como en Canadá o Nepal. Tales situaciones extremas se han cuadruplicado en la década del 90, con respecto a la del 50, según hace notar Friedrich-Wilhelm Gerstengarbe, del Instituto de Investigaciones Climatológicas de Potsdam.

"Obra del hombre"

Gerstengarbe coincide en que "gran parte de lo que estamos viviendo es obra del hombre". Debido a la emisión de dióxido de carbono y metano y la quema de hidrocarburos, se genera un efecto de invernadero. Desde que se comenzó a registrar las temperaturas, hace aproximadamente un siglo, éstas han subido aproximadamente un grado, en promedio. El meteorólogo Armin Mathes explica, por su parte, que el aire caliente absorbe más humedad, al tiempo que se produce una mayor evaporación de los océanos. La consecuencia es un aumento de las precipitaciones.

No obstante, los meteorólogos consideran que los temporales que han devastado por estos días algunas zonas de Europa obedecen por lo pronto, a fluctuaciones climáticas naturales. Por sí solos, no bastan para probar un cambio global. Pero esto no quiere decir que se pueda bajar la guardia. Si prosigue el calentamiento de la tierra, se multiplicarán los extremos, es decir, las lluvias torrenciales y las sequías, subraya Erich Roeckner, del Instituto Max Planck de Meteorología, con sede en Hamburgo.

Daños millonarios

La amenaza sigue pendiendo sobre el planeta. Y, si los temporales de este año son efectivamente un anuncio de lo que se le puede venir encima a la humanidad, ya no se puede cerrar los ojos. Aunque resulta imposible cuantificar los daños cuando se han perdido decenas de vidas humanas, hay cifras que dan una idea de las dimensiones de la catástrofe material: de acuerdo con cálculos de la reaseguradora Münchner Rückversicherung, los daños económicos provocados el año pasado por terremotos, huracanes, inundaciones y otras catástrofes naturales ascendieron a cerca de 42 mil millones de euros.