El cáncer facial amenaza a los demonios de Tasmania
La enfermedad, que se transmite de un animal a otro a través de mordeduras, ya ha acabado con 90% de la especie. ¿Podrían los programas de reproducción y las vacunas ayudar en la difícil situación de estas criaturas?
Pobre demonio
Normalmente, las células cancerígenas simplemente se diseminan dentro del cuerpo. Pero el tipo de cáncer que ataca al demonio de Tasmania (Sarcophilus harrisii) es realmente contagioso, pero solo dentro de la misma especie. Los humanos y otras especies son inmunes. El cáncer, conocido como enfermedad del tumor facial del demonio (DFTD), fue descubierto hace unos 20 años en el noreste de Tasmania.
Una muerte dolorosa
Los demonios de Tasmania que se ven afectados por la enfermedad quedan horriblemente desfigurados. Muchos mueren en agonía, usualmente de hambre, ya que no pueden comer debido a las úlceras en la boca y la garganta. Cuando se descubrió la enfermedad, había alrededor de 200.000 demonios de Tasmania en Tasmania. Desde entonces, esta población se ha reducido en 90%.
Una especie pacífica (sí, en serio)
Los demonios de Tasmania han vivido en Tasmania (un estado isleño australiano) por más de 600 años. A pesar de su nombre, en realidad son muy pacíficos y sociales. Obtienen su mala reputación de su chillido extremadamente fuerte y algo perturbador. A principios del siglo XIX, los colonizadores británicos les temían a los demonios de Tasmania y colocaban trampas y veneno.
El espacio habitable se vuelve escaso
Los demonios de Tasmania son principalmente nocturnos y solitarios y evitan la confrontación. Sin embargo, cuando comen, lo hacen en manadas, como buitres, cumpliendo una función ecológica. Los animales se pueden encontrar en la costa y en zonas boscosas. Como muchas otras especies, su hábitat está amenazado y son expulsados hacia áreas urbanas donde pueden ser atropellados por los automóviles.
¿Puede el estrés causar cáncer?
Androo Kelly cuida a los demonios de Tasmania. Cree que la enfermedad se desarrolló por las condiciones ambientales cambiantes. Una sequía prolongada hizo que hubiera menos animales para que los demonios se alimentaran, lo que les provocó estrés. Esto debilitó su sistema inmunológico. Los demonios infectados artificialmente que no estaban en peligro no se enfermaron ni desarrollaron tumores.
Investigar y liberar
Los parques de vida silvestre como el Trowunna y el Devils@Cradle están dedicados a criar demonios de Tasmania saludables y liberarlos con éxito en la naturaleza como parte del programa Salvar al Demonio de Tasmania. También hay programas de reproducción en zoológicos en Australia continental. Hoy en día, unos 800 demonios de Tasmania viven en cautiverio para ayudar a mantener la población sana.
¿Una respuesta genética a las células tumorales?
Actualmente, los científicos están trabajando en una vacuna. O quizás los animales puedan salvarse a sí mismos. Ya en 2016, los investigadores encontraron rasgos genéticos entre varias poblaciones que les daban resistencia al tumor contagioso. Esta investigación genética también podría ayudar a combatir el cáncer en humanos algún día, según un estudio de 2020.