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Pero según Wohlleben, los abetos son tan propios de esta región como las palmeras. No se adaptan al ecosistema, ya que los organismos que viven en el suelo y los animales están especializados en hayas y robles. Por eso Peter Wohlleben comenzó a reintroducir especies caducifolias, con la esperanza de que en uno o dos siglos el bosque recupere su biodiversidad original. La Universidad Politécnica de Aquisgrán apoya este proyecto.