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El año en el que Wolfsburgo fue campeón de la Bundesliga

Enrique López Magallón
10 de diciembre de 2021

Bajo la batuta de Felix Magath, el Wolfsburgo no solo logró alzar la charola de campeón en el torneo 2008/2009. También consiguió humillar al Bayern Múnich, tanto en la tabla como en una goleada histórica.

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Magath celebra con cerveza
Magath logró la venganza perfecta contra el Bayern.Imagen: Fishing 4/imago images

Eran un equipazo. Tanto, que quizá ni ellos mismos lo sabían. Pero para el torneo 2008/2009 de la Bundesliga, el grito de batalla había sido claro: la contratación de dos campeones mundiales con Italia en 2006: los defensas Andrea Barzagli y Cristian Zaccardo.

Por lo demás, el plantel no lucía espectacular. En la portería  estaba el garante Diego Benaglio, arquero suizo que durante muchos años resguardaría la cabaña de los lobos verdes.

Pero más allá, nombres como Sascha Riether, Marcel Schäfer (en la defensa), Cristian Gentner, el brasileño Josué, Zvjezdan Misimovic (en el medio campo), Edin Dzeko, Alexander Esswein o Grafite (en el ataque), no sonaban como para arrebatarle la charola de campeón al Bayern Múnich.

En el torneo anterior, Dzeko había anotado ocho goles en 28 partidos, mientras que Grafite había marcado 11 veces en 24 encuentros. No era una base precisamente sólida para predecir lo que ocurriría un torneo más tarde.

Magath, el memorioso

El arquitecto de aquel campeonato fue el entrenador Felix Magath, tan genial como polémico. Para él, arrebatarle el campeonato al Bayern era asunto de honor y de venganza.

Antes de llegar al Wolfsburgo, Magath había llevado al propio Bayern Múnich a la conquista de dos dobletes de Bundesliga y Copa Alemana, en los torneos 2004/2005 y 2005/2006.

Grafite (izq.), Misimovic (centro) y Dzeko, turbinas ofensivas de aquel campeón
Grafite (izq.), Misimovic (centro) y Dzeko, turbinas ofensivas de aquel campeónImagen: Rolf Vennenbernd/dpa/picture alliance

El final de aquel ciclo bávaro había sido para él una afrenta: fue despedido de manera fulminante en el torneo 2006/2007 tras una pequeña crisis del club, y se le achacó el no haber mantenido el nivel del equipo luego de la salida de Michael Ballack al Chelsea. Pero más bien, a Magath en el Bayern lo derrumbó la intriga.

Magath llegó al Wolfsburgo dispuesto a vengarse, y al parecer, a toda costa. Para ello, negoció con su nuevo club condiciones insólitas, como la de unificar en su persona las funciones de entrenador y director deportivo.

Momento sublime para Wolfsburgo

El primer torneo, ya lo dijimos, no fue brillante. Pero Magath logró consolidar su proyecto. Con Barzagli y Zaccardo armó una de las mejores defensas del torneo. Pero sobre todo, el entrenador convirtió a la dupla Dzeko-Grafite en una fórmula letal al ataque. Apuntalados por Misimovic como constructor, Grafite fue el máximo goleador de la Bundesliga con 28 anotaciones, y Dzeko le siguió de cerca, con 26.

La consumación definitiva de la venganza de Magath vino, sin embargo, el 4 de abril de 2009. A punto de terminar el torneo, en la jornada 25, Wolfsburgo y Bayern llegaron empatados en puntos a su partido mutuo. El líder de la tabla general era el Hertha Berlín, con una unidad más.

En la Volkswagen Arena, Wolfsburgo le impuso una derrota de 5-1 al multicampeón alemán. Y no solo eso. Grafite anotó en ese encuentro el "gol del año”, burlando a toda la defensa del Bayern y humillando finalmente, de "taconcito", al portero Michael Rensing.

Felix Magath, arquitecto de aquel campeonato para el Wolfsburgo
Felix Magath, arquitecto de aquel campeonato para el WolfsburgoImagen: Bernd König/imago images

Glorias que son un recuerdo

Pero el botín de aquel partido fue aún mayor. Con el triunfo, Wolfsburgo trepó a la cima de la tabla y mandó al Bayern fuera de la zona de Champions.

Al final del torneo, el Bayern logró terminar en segundo lugar, pero ese 5-1 marcó la caída de Jürgen Klinsmann, el 27 de ese mismo mes, como técnico del Bayern.

Wolfsburgo, por su parte, logró coronarse sacándole dos puntos de ventaja al Bayern, y cinco a su próximo rival en la Bundesliga: el Stuttgart. Ni Magath ni el Wolfsburgo volvieron a probar mieles tan dulces como aquellas.

Y en cuanto al Bayern, el club decidió que jamás, bajo ninguna circunstancia, ocurriría algo similar a aquel 5-1. El resto es historia conocida y marca desde hace años el rumbo del fútbol alemán.