El último grito de ¡socialismo o muerte!
15 de abril de 2011El VI Congreso de los comunistas cubanos propone definir las nuevas directrices de la economía nacional en momentos en que el Gobierno busca reducir el papel del Estado y ampliar la iniciativa privada como principal fuente de ingresos de la economía interna, en medio de la más profunda crisis de los últimos 50 años de gobierno socialista en la isla y en un contexto complejo: el aumento de los precios del petróleo por los acontecimientos del Medio Oriente, los estallidos sociales en África, la catástrofe atómica de Japón y una posible crisis del euro.
Cambios, crisis y despidos
Desde el llamado de Raúl Castro, en julio de 2007, a implementar un nuevo enfoque económico, los cubanos han visto pequeños pero importantes cambios: la distribución de tierras baldías, la aceptación de la iniciativa privada, el pago de salarios más elevados en algunas empresas estatales, la autorización de créditos a los cuentapropistas y la aceptación pública de que no todos los problemas socioeconómicos son ocasionados por el embargo.
Pero, a pesar de esta intención de cambio, la crisis se profundizó a causa de los tres huracanes que azotaron la isla en 2008, la fuerte crisis financiera mundial de 2008-2009 y la ineficiencia estatal en la aplicación de las reformas. Ante esa realidad, el Gobierno cubano redujo los gastos públicos, sociales, subsidios de alimentos y gratuidades sociales en 2009 y 2010; comenzó el proceso de despidos de 500 mil empleados del sector estatal (cifra que deberá llegar a 1 millón 500 mil en los próximos dos años) y ordenó reestructurar el deficiente sistema tributario.
Un nuevo primer secretario
Raúl Castro ha dicho claramente que el VI Congreso se ocupará exclusivamente de asuntos económicos y quizás el único cambio político esencial será la sustitución de Fidel Castro como primer secretario del Partido Comunista. Para los comunistas cubanos, como ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores, Bruno Rodríguez, no es importante que los ojos del mundo y de la Unión Europea estén a la espera de la democratización que exigen a la isla.
Cuba no permitirá, ha dicho, “injerencia en los asuntos internos”, refiriéndose a la posición de Alemania, Suecia, Polonia y República Checa, que piden a la isla reales cambios políticos y sociales para garantizar la democracia y el respeto a los derechos humanos del pueblo antes de levantar la Posición Común de la Unión Europea.
El VI Congreso tiene que enfrentarse, también, a fuertes retos sociales: la fuga continuada de cubanos hacia el exterior, decepcionados con la realidad política y económica; la pérdida de credibilidad de los dirigentes políticos; y el crecimiento de la oposición y del descontento popular. Intentarán resolver esos graves problemas con cambios económicos que, hasta hoy, nadie conoce.
Autor: Amir Valle
Editor: Pablo Kummetz