Develando un misterio

Si escuchamos que alguien se somete a un tratamiento a larga distancia, con seguridad nos imaginamos que el paciente en cuestión recibe información de un doctor por vía telefónica o por correo electrónico sobre los medicamentos que debe ingerir o la terapia que debe seguir para sanar. En este caso, sin embargo, nos referimos a una terapia realizada a larga distancia por un "curandero" que, concentrando sus fuerzas mentales, logra que el paciente mejore, aún cuando éste se encuentre al otro lado del mundo. Hay personas que juran haberse curado así o por lo menos conocer a alguien que lo ha sido.

Tampoco a Galilei le creían

Para los más incrédulos, ésto no es más que una estupidez. Para los investigadores del Instituto de Medicina e Higiene de la Clínica de la Universidad de Friburgo el tema es digno de ser investigado. Después de todo la historia documenta muchos casos en los que se menospreció las tesis de científicos por no responder a la lógica de su tiempo. También se sabe de miles de sucesos que son archivados bajo el rubro "magia" pues no se cuenta con una explicación lógica, pero que con el tiempo y el avance de la ciencia, finalmente encuentran una explicación científicamente fundamentada.

¿Realmente hay una mejora?

En una primera fase, los investigadores de la Clínica de Friburgo se han propuesto determinar si realmente los pacientes tratados por un "curandero" a distancia registran una mejora. Para ésto han invitado a 400 pacientes de toda Alemania aquejados del Síndrome de Cansancio Crónico o Incompatibilidad Química Múltiple.

Los pacientes que sufren del Síndrome de Cansancio Crónico son personas que repentinamente enferman y no aguantan ya ningún tipo de esfuerzo físico. Aún después de muchas horas de sueño siguen estando cansados; además sufren de dolores, falta de concentración y fatiga extrema. Por su parte, los pacientes que sufren de Incompatibilidad Química Múltiple reaccionan con síntomas que van desde cambios bruscos de humor, hasta vómitos y desmayos a la más mínima cantidad de perfume, humo de cigarro, pintura u otros productos químicos. La calidad de vida de estos pacientes se ve perjudicada muchas veces incluso más que la de un enfermo de cáncer. En casi todos los casos han asistido a un sinnúmero de médicos y probado las terapias más exóticas en busca de una solución a su problema.

Una foto será el contacto

Después de que los pacientes sean examinados en las clínicas que participan en la investigación, serán divididos en 4 grupos. El primero se enterará por vía postal de que será atendido por un curandero a distancia. Un segundo grupo recibirá la noticia, también postal, de que no será atendido. Al tercero y cuarto grupo no se les informará absolutamente nada, pero uno será atendido y el otro no.

Los curanderos, que han sido seleccionados siguiendo criterios muy estrictos en toda Europa, vivirán a por lo menos 100 kilómetros de sus pacientes. No conocerán ni su nombre, ni mucho menos su dirección. Se les entregará únicamente una fotografía del enfermo.

Los científicos hacen hincapié en que no existe la posibilidad de que los pacientes, en su desesperación, puedan imaginarse una mejora de su estado de salud, pues se ha puesto atención en separar el efecto esperanza y el efecto de la terapia misma. De ahí la división en cuatro grupos. Los pacientes serán revisados a conciencia al principio y al final del experimento, que durará un año entero. La investigación es financiada por la Unión Europea.

El director de la Clínica de Parapsicología de Friburgo, Walter von Lucadou, explica que esta investigación hace tiempo que debería haberse realizado. Científicos ingleses han realizado diversos estudios sobre el tema e indican que es un gran error calificar a los curanderos de farsantes. De ahí que, a pesar del gran escepticismo, también haya muchos científicos que apoyen esta investigación que podría ayudar a dilucidar una serie de incógnitas en torno a los curanderos.