Se agrava derrame petrolero
16 de agosto de 2011
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Este martes (16.8.2011), la compañía petrolera neerlandesa Royal Dutch Shell informó que el derrame de crudo en una de sus plataformas en el Mar del Norte es más grave de lo que se pensó en un primer momento: la ominosa mancha negra de 37 kilómetros cuadrados que se ve en el agua, a 180 kilómetros de la ciudad escocesa de Aberdeen, es el producto de no una, sino dos fisuras en sus instalaciones. La primera fuga fue descubierta el pasado miércoles (10.8.2011) y la segunda fue avistada desde un helicóptero este 15 de agosto.
“La infraestructura que se halla bajo el agua es muy compleja y el escape de crudo se encuentra en un lugar de difícil acceso”, declaró un vocero de Shell, sin hacer referencia alguna a la cantidad de petróleo que la segunda fisura puede haber liberado hasta el momento, pero enfatizando que la primera puede darse por sellada. Las organizaciones ecologistas han condenado la política informativa de la empresa, señalando que pasaron dos días antes de que la petrolera dejara saber lo que había ocurrido en una de sus plataformas.
No hay peligro para las costas alemanas… todavía
Los portavoces de Shell sostienen que las emisiones de la primera fuga se han reducido de 180 a 5 barriles de petróleo diarios o menos, y el ministerio británico de Energía ha secundado la opinión de la compañía petrolera, según la cual las olas disolverán la mancha negra antes de que ésta alcance las costas. Pero, ¿qué riesgos trae consigo el derrame producido por la segunda fuga? “Nada indica que las costas alemanas estén en peligro”, dijo Bernd Brügge, director del departamento de Ciencias Marinas de la Oficina Federal para el Transporte Marítimo y la Hidrografía, al ser consultado por Deutsche Welle.
Shell, ¿tras los pasos de BP?
Este derrame es mucho más pequeño que el que ocurrió en el Golfo de México en 2010 –cuando un accidente en la plataforma Deepwater Horizon de British Petroleum (BP) contaminó sus aguas con cinco millones de barriles de petróleo–, pero Shell está lejos de poder decir que el caso está cerrado. “La posibilidad de que la fuga de petróleo se convierta o no en un peligro para los ecosistemas del mar del Norte va a depender de la cantidad de crudo derramado o, mejor dicho, de la rapidez con que la empresa consiga sellar las fugas en cuestión”, explica Brügge.
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters / afp
Editor: Pablo Kummetz
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