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Derecho de reunión: las prohibiciones son el último recurso

Marcel Fürstenau
31 de agosto de 2020

¿Manifestaciones en tiempos de coronavirus? En principio sí, pero con restricciones. Sin embargo, deben estar bien fundamentadas. El intento de asalto al edificio del Reichstag podría jugar un papel en el futuro.

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Deutschland Berlin Protest gegen Corona-Maßnahmen am 28.8.2020
Imagen: Reuters/C. Mang

Las imágenes del intento de asalto al edificio del Reichstag de Berlín, sede del Parlamento alemán, causaron estupor, también más allá de las fronteras alemanas.

Pero ¿se deberían prohibir manifestaciones negacionistas del coronavirus como las del fin de semana pasado? Las opiniones al respecto difieren, sobre todo cuando se aprueban oficialmente y, en el peor de los casos, resultan en actos violentos. Quien defienda la prohibición general de las manifestaciones contra las medidas para frenar el avance del coronavirus, sin embargo, no reconoce la importancia de la libertad de reunión.

Junto al voto libre, es uno de los derechos fundamentales más importantes de la democracia. En Alemania, en el contexto de su propia experiencia con la dictadura, la gente rehúye las restricciones excesivamente rápidas y extensas del derecho de reunión. Después del gobierno nacionalsocialista, los padres y madres de la Ley Fundamental, la Constitución alemana, fueron conscientes de su responsabilidad con este delicado tema.

El artículo 8 de la Ley Fundamental establece que:

 (1) Todos los alemanes tienen el  derecho de reunirse pacíficamente y sin armas, sin notificación ni permiso previos.

(2) Este derecho podrá ser restringido por una ley o en virtud de una ley por lo que se refiere a las reuniones al aire libre.

El artículo de la Ley fundamental sobre la libertad de reunión está redactado de forma breve y concisa. La lrey concreta sobre la materia es todo lo contrario: consta de 33 apartados. El derecho a la libertad de reunión no se aplica a partidos que han sido prohibidos por el Tribunal Constitucional. Si la solicitud de los estados federales de prohibir el partido de ultraderecha NPD (Partido Nacional Democrático de Alemania) hubiera tenido éxito en 2017, no se les habría permitido marchar en Berlín el sábado pasado (29.08.2020).

Los uniformes están prohibidos, pero no algunas banderas

Está prohibido llevar uniformes en las reuniones o concentraciones, o incluso partes de ellos y prendas similares "como expresión de una convicción política común". Los extremistas de derecha eluden esta prohibición recurriendo a otros símbolos. La bandera negra, blanca y roja o la bandera con el águila y la cruz es particularmente popular. Ambas están permitidas; solo está prohibida la versión con la esvástica de los nazis.

Cuando un litigio termina en los tribunales, como el caso de las manifestaciones negacionistas, el apartado 15 suele jugar un papel importante. De acuerdo con este, las prohibiciones son posibles como último recurso, "si de acuerdo con las circunstancias perceptibles en el momento en que se emite el veredicto, la seguridad pública o el orden están directamente en peligro por la celebración de la reunión o la marcha". La presidenta de la policía de Berlín se acogió a esto cuando inicialmente prohibió la manifestación contras las resctricciones por el coronavirus.

Manifestantes contra las medidas anticoronavirus.
Un manifestante con la bandera del Reich negra-blanca-roja. Imagen: Reuters/C. Mang

¿Por qué los tribunales revocaron la prohibición de las manifestaciones?

La primera gran manifestación negacionista del coronavirus en la capital alemana a principios de agosto, cuando la mayoría  de la gente no usó mascarilla y no guardó distancia de seguridad, sirvió a la presidenta de la policía de ejemplo. Reconoció un peligro general para la salud y concluyó: "El derecho a la vida y a la integridad física tiene más peso que el derecho fundamental a la libertad de reunión cuando se sopesan los intereses legales”.

Los tribunales llegaron a una conclusión completamente diferente en dos instancias y permitieron las nuevas manifestaciones. En ese caso concreto, fue necesario un pronóstico de riesgo basado en "hechos, circunstancias y otros detalles". Una "mera sospecha o suposición" no fue suficiente. Los jueces también se refirieron a la Ordenanza de protección contra infecciones del estado de Berlín. No hay límite para el número de participantes y solo se requiere cubrir la nariz y la boca "si es necesario". En otras palabras: cuando no se puede mantener la distancia mínima.

Manifestantes con pancartas de políticos en Berlín.
Para muchos, las pancartas son de muy mal gusto.Imagen: Reuters/A. Schmidt

En caso de duda, los tribunales fallan a favor de la libertad de expresión

En teoría, los manifestantes podrían haber cumplido las normas en las calles espaciosas y grandes plazas de Berlín. Pero no fue así. Por eso la policía disolvió la primera marcha. Una medida que ha sido contemplada en las sentencias judiciales vigentes desde el principio.

Los tribunales también contradijeron los argumentos de la policía de Berlín en otro punto. Había justificado su prohibición alegando que en manifestaciones negacionistas previas, había "desde burgueses hasta miembros de grupos de extrema derecha". En Alemania, sin embargo, la libertad de expresión está garantizada en el artículo 5 de la Ley Fundamental. Los tribunales se refirieron a esto de manera indirecta: "Mientras no existan indicios concretos de que las declaraciones de los participantes tengan relevancia desde el punto de vista del derecho penal, esto no impide que se lleve a cabo dicha reunión".

El intento de asalto al edificio del Reichstag podría tener repercusiones

Sin embargo, no es de ninguna manera seguro si se permitirá una tercera manifestación a gran escala contra las medidas para frenar el coronavirus en Berlín, en el contexto de los hechos ocurridos el fin de semana pasado. Porque, por segunda vez, los organizadores no pudieron evitar violaciones masivas de las normas legales. Sobre todo, el amago de asalto al edificio del Bundestag podría evaluarse como un grave incumplimiento de la normativa e influir en futuras decisiones sobre prohibiciones de manifestaciones.

(rmr/ers)