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¿Qué futuro tienen las negociaciones de paz con el ELN?

Felipe Espinosa Wang
13 de enero de 2020

El ataque de hace un año sepultó el sueño de una paz negociada con el ELN. Hoy, la polarización en Colombia respecto al proceso sigue vigente. DW analiza el panorama ante los crecientes ataques del grupo armado.

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Kolumbien ELN Kämpfer
Imagen: AFP/R. Arboleda

A casi un año del ataque con carro bomba en la Escuela de Cadetes de la Policía en Bogotá el 17 de enero de 2019, en el que murieron 22 cadetes, el panorama hoy no se ha aclarado entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Gobierno del presidente de Colombia, Iván Duque. Contrariamente, tras la subsecuente ruptura de las negociaciones de paz después del atentado, la distancia perdura entre ambas partes y el recrudecimiento de los ataques parece no encontrar fin: según afirmó el Gobierno, el ELN estuvo detrás de los ataques del viernes (10.01.2020) en la base aérea en Yopal,  y en la base militar en Tame.

A estos atentados, atribuidos a la conmemoración de los 55 años de la primera acción armada del grupo en Simacota, se suman las recientes confrontaciones que se han registrado en la zona rural de Argelia, sur del Cauca. Además hay voces que denuncian la creciente presencia de la guerrilla en diferentes zonas del país, como la del líder social Leyner Palacios, quien se reunió en los últimos días en Bogotá con el presidente Duque, al que le pidió retomar los diálogos de paz con el ELN para evitar más violencia en la región de Bojayá.

En vista de la difícil coyuntura, muchos en Colombia se preguntan cuál será el futuro de las relaciones entre el Gobierno y el grupo armado, y si existe la voluntad política de retomar el camino de una paz negociada.

Los ataques: las divergencias dentro del ELN

"El ELN es una organización altamente descentralizada", dijo Sebastián Zuleta, consultor y exasesor de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz en Colombia, a DW. "Si bien a nivel político el Comando Central (COCE) toma todas las decisiones, a nivel militar no existe esa fortaleza en términos de estructura de mando", agregó. Evidencia de esto fue precisamente el ataque del año pasado en la Escuela de Cadetes, del cual el mismo Pablo Beltrán, el responsable político del ELN, no estaba al tanto. "El ELN es una organización híbrida, por lo tanto es muy difícil encontrar una respuesta única o unificada", añadió Zuleta.

Así, la divergencia interna en el grupo armado solo dificulta la interpretación de las intenciones de los ataques: para unos son señal inequívoca de que el grupo quiere apartarse de una eventual mesa de negociación; para otros, es un mecanismo de presión para lograr lo opuesto. "El ataque de Bogotá fue montado por un segmento del ELN en contra del proceso de paz", explicó, por su parte, Jermey McDermott, director y cofundador de la fundación InSight Crime. No obstante, "generalizar sobre el ELN es muy difícil. Hay que analizar cada frente de guerra individualmente, ya que cada uno puede reaccionar de manera diferente", agregó.

Kolumbien Anschlag auf Polizeischule in Bogota
Policías colocan velas en Cúcuta, en homenaje a las víctimas del atentado con coche bomba en Bogotá (18.01.2019)Imagen: Getty Images/AFP/S. Mendoza

"Seguir por el camino de la mano dura"

Desde el punto de vista del Estado colombiano, según Zuleta, Duque está recibiendo no solo la presión de los actos violentos sino también de su partido político, el Centro Democrático, y de los sectores más radicales que se oponen a cualquier negociación con este grupo armado, lo que lo deja en un laberinto de muy difícil salida.

"Los ataques solo dificultan que Duque vaya a tener la intención de retomar las negociaciones en el corto plazo", aseguró, por su parte, a DW Laura Betancur Restrepo, experta en derecho internacional de la Universidad de los Andes. "El Gobierno de Duque tuvo un corto periodo de aumento en su imagen positiva cuando reaccionó con mano dura después de los atentados de la base militar en Bogotá. Teniendo en cuenta la nueva caída de su popularidad, la falta de rumbo que transmite y las fracturas internas que parece haber en su partido, es probable que quiera seguir por el camino de la mano dura", añadió Betancur.

Asimismo, más allá del rechazo a los actos violentos del ELN, hay quienes critican la postura inflexible que ha tenido el actual Gobierno y las condiciones para una nueva negociación: después del atentado en Bogotá, el Gobierno interrumpió los contactos con la delegación del ELN, levantó la suspensión de las órdenes de captura, solicitó a Cuba la extradición de miembros del grupo armado, y exigió al ELN que renuncie al secuestro y a los actos terroristas.

"El Gobierno es muy poco pragmático. Su actual falta de gobernabilidad tiende a generar una mayor radicalización en sus políticas básicas", aseguró Zuleta, quien considera imposible un acercamiento si el Gobierno no está también dispuesto a ceder, describiendo la situación como un "diálogo entre sordos".

Kolumbien Bogota Bombenanschlag auf Polizeischule
Oficiales de policía abrazan a familiares que llegaron al lugar después de la explosión ocurrida afuera de la academia de policía del General Santander en Bogotá.Imagen: picture-alliance/AA/L. Ilhan

Creciente rechazo en la población colombiana

Por otra parte, el aumento de los actos violentos del ELN solo conlleva a que el rechazo en la población colombiana siga creciendo, lo que a la larga presiona aún más al Estado, obstaculizando las posibilidades de diálogo. Según Betancur, "es necesario que el ELN entienda que necesita tener gestos claros y dar señales contundentes de voluntad de paz. Pero también el Gobierno debe tener claridad en su voluntad de negociación, así como en las exigencias que tiene para comenzarla".

Presencia del ELN en Venezuela

Todo parece indicar que el ELN, en el corto plazo, no buscará satisfacer las demandas del Estado colombiano. Y por varias razones: además de no estar unidos en su deseo de paz, existen crecientes sectores del grupo armado que creen que no vale la pena negociar mientras tienen la posibilidad de seguir creciendo. Según aseguró McDermott a DW, la estrategia del ELN ya no se concentra solo en Colombia sino también dentro de Venezuela, en donde han logrado expandirse en los últimos años. "Nosotros creemos que el ELN se está convirtiendo en un  grupo colombo-venezolano, un movimiento bolivariano. Hoy no se puede entender el ELN sin entender su presencia, fortaleza y expansión dentro de Venezuela", reveló McDermott. Según investigaciones de su fundación InSight Crime, el ELN tiene en la actualidad presencia en 12 de los 24 estados venezolanos. 

Tanto Zuleta como McDermott concuerdan en que las posturas radicales en ambos frentes no van a cambiar, excepto que llegue a ocurrir un evento extraordinario. No queda claro si el grupo armado, a través de los contradictorios y erráticos actos violentos, podrá forzar al Gobierno a negociar, o si presiones políticas, ya sea desde Colombia o de la comunidad internacional, podrán llevar al Gobierno de Duque a buscar la paz. 

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