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Entretanto ya existen nueve sindicatos infantiles en América Latina, y uno de ellos está en Bolivia. Los niños exigen poder compaginar el trabajo con la escuela, un salario justo y unas condiciones de trabajo dignas. Ellos dicen: "Prohibir el trabajo infantil no nos ayuda, los adultos deben erradicar primero el hambre y la pobreza, y luego el trabajo infantil."