1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Células madre embrionarias: una rendija abierta a la investigación

ers.

Nueva ley permitirá la importación de células madre embrionarias a Alemania, bajo estrictas condiciones y controles, para posibilitar la investigación. Su extracción seguirá estando absolutamente prohibida en el país.

https://p.dw.com/p/28WH
Cultivos de células madre embrionarias, en un laboratorio de la universidad de Wiskonsin, EE. UU.

La polémica se extiende ya por años. Y la nueva ley no le pondrá fin en Alemania. Demasiados son los aspectos implicados: científicos, médicos, éticos, religiosos e incluso económicos.

Sin embargo, los legisladores han optado por permitir la entrada al país de células madre embrionarias, aunque estableciendo severas restricciones. La principal es que dichas células deben haber sido extraídas antes del 1 de enero del 2002. Una fecha establecida arbitrariamente, cuyo objetivo es no incentivar la práctica de la extracción, que implica la muerte del embrión.

Además, las células deben provenir exclusivamente de embriones desechados en tratamientos de fertilización in vitro, y su origen debe quedar comprobado más allá de toda duda.

Severos controles

Pero eso no es todo: la importación deberá ser aprobada por un organismo de control, dependiente del Ministerio de Salud. Quienes soliciten la autorización correspondiente deberán demostrar que sus investigaciones apuntan a objetivos de primer rango y no pueden lograr los mismos resultados utilizando otro tipo de células.

Como posibles encargados del control se mencionan ya los nombres de instituciones de gran prestigio, como los Institutos Paul Ehrlich o Robert Koch. A la hora de tomar una decisión, dicho organismo deberá considerar igualmente la opinión de una Comisión Central de Ética, integrada por nueve especialistas en biología, ética, medicina y teología. Tales personalidades serán nombradas por el Ministerio de Salud, y permanecerán tres años en funciones.

Con la nueva normativa, Alemania intenta mantener un equilibrio entre la defensa del derecho a la vida humana, desde su estado embrionario, y las expectativas que se abren con miras a posibilitar el tratamiento de enfermedades hasta ahora incurables. Igualmente se evita restar posibilidades a los científicos del país, que temían quedarse rezagados.

Células reprogramables

Ocurre que la investigación con células madre adultas -que no despierta reparos morales- no ofrece las mismas perspectivas. Aunque las células madre en general tienen la capacidad de transformarse en otro tipo de células, la posibilidad de reprogramación es limitada en el caso de las adultas.

La embrionarias, en cambio, al no haber madurado y definido su función específica, presentan un potencial mucho mayor. De ahí el enorme interés que despiertan en el mundo de la ciencia: se calcula que actualmente existen a nivel mundial algo más de 70 líneas, o cultivos generados a partir de células madre embrionarias, en laboratorios de Estados Unidos, Israel, Suecia, Reino Unido, Australia y la India.

Pero pese a todas las restricciones y controles estipulados, los detractores de la investigación con embriones humanos no han quedado satisfechos. Para ellos, es la dignidad del ser humano en sí la que se pone en peligro. Argumentan que la rendija que se ha abierto, puede terminar convirtiéndose en una puerta demasiado ancha.

No hay que ser fatalista ni visionario apocalíptico para reconocer los peligros que encierra la entrada a este terreno inexplorado por la humanidad. Pero el primer paso ya se dio hace tiempo y los alemanes, con toda la cautela y las reservas del caso, han optado por no marginarse de esta controvertida aventura.