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Cárteles de droga en Europa: la cocaína inunda Amberes

31 de enero de 2023

Amberes, el segundo puerto más grande de Europa, es el centro neurálgico de la cocaína. Las incautaciones han crecido de manera espectacular en los últimos años.

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Flores frente a al garaje de una casa de Amberes donde fue asesinada una niña por los disparos de narcotraficantes.
Agujeros de bala y flores con mensajes de condolencia frente a al garaje de una casa de Amberes donde fue asesinada una niña por disparos de narcotraficantes.Imagen: Jonas Roosens/BELGA/AFP/Getty Images

Teun Voeten toca ligeramente uno de los varios agujeros redondos en la puerta de un garaje, en una tranquila calle del noreste de Amberes. "A mí me parece que fue una Kalashnikov", dice, evaluando qué tipo de arma fue la que mató a una niña de 11 años en el interior de su casa, a principios de enero. Aunque se cree que la muerte de la menor es el resultado accidental de una señal de advertencia de una banda de narcotraficantes que salió mal, Voeten, un antropólogo cultural holandés que investiga la cultura de las drogas en Amberes, dice a DW que existe el riesgo de que se pueda desencadenar un "ciclo de venganza... un nuevo nivel de violencia con una dinámica impredecible".

El asesinato de la niña se produjo el mismo día en que las autoridades belgas revelaron una incautación récord para 2022 de 110 toneladas de cocaína en Amberes, que se calcula que solo representa alrededor del 10 por ciento de la droga que pasa por el puerto. Eso la sitúa muy por delante de Rotterdam, donde el año pasado se interceptaron 52,5 toneladas, un descenso respecto a 2021.

El Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), junto con Europol, la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial, estimó que el mercado de la cocaína de la UE tenía en 2020 un valor mínimo de 12.800 millones de euros (13.900 millones de dólares), una cifra que, según esos organismos, probablemente estaba por debajo del valor real, dado que las incautaciones han aumentado drásticamente desde entonces.

Las bandas, cada vez más brutales

El alcalde de Amberes, Bart de Wever, ha pedido el despliegue del Ejército nacional en Amberes, y aunque esa idea no ha recibido un amplio apoyo político, el gobierno ha anunciado que habrá al menos 100 policías más asignados al puerto, junto con equipos de escaneo adicionales, para aumentar las inspecciones más allá del 1% estimado de la carga que actualmente es posible rastrear.

Aunque los trabajadores portuarios agradecerán el refuerzo, también se preparan para los efectos del operativo en el comportamiento de los traficantes. La situación "ya es bastante mala", dice a DW Stephan Vanfraechem, director gerente de Alfaport Voka, que representa a unas 300 empresas que participan en la gestión de las instalaciones.

Vanfraechem explicó que, en el pasado, los trabajadores de los muelles eran el principal objetivo de las bandas, pero que, a medida que aumenta el escrutinio, también lo hace la presión sobre un abanico más amplio de empleados. Señaló que hay cafés específicos donde los miembros de las bandas de narcotraficantes vigilan físicamente a los trabajadores para obtener información personal. "Creo que no hay otra alternativa que ser abiertos sobre este problema. Si permanecemos en silencio considero que estamos cooperando con estos tipos. Creo que debemos pararlos", subraya.

Se necesita cooperación internacional

Pero eso no es algo que Bélgica o Europa puedan hacer solas. Por eso, Europol colabora cada vez más, tanto con los países de origen de la droga, como con los situados fuera de la jurisdicción de la UE, donde se encuentran algunos de los principales actores que mueven los hilos. Los delincuentes están tan bien conectados, dice a DW Jan Op Gen Oorth, de Europol, que "hemos visto mensajes con alguien encargando un asesinato desde Europa a Latinoamérica, esperando que se lleve a cabo en la siguiente hora".

Las fuerzas de seguridad están trabajando en su propia red de operaciones a escala internacional. "Hay que tener una red para romper una red", señala Gen Oorth. "Pero la coalición mundial de las fuerzas del orden también tiene que ser estratégicamente inteligente, porque no basta con acabar con los pequeños peones, la gente que saca la cocaína del contenedor. Hay que ir a por aquellos a quienes llamamos 'objetivos de alto valor'".

La cooperación abarca desde la utilización muy sofisticada de una plataforma falsa de comunicaciones cifradas, que permitió detener a 800 delincuentes en 2021, hasta la firma de más acuerdos legales con países como Dubai, donde se han realizado detenciones clave, pasando por el simple trabajo de mejorar la vigilancia en los muelles de carga de América Latina, de donde procede la mayor parte de la cocaína. Con cada vez más países sumándose al esfuerzo, el general de operaciones Oorth afirma: "Confío en que podremos acabar con los peces gordos, pero eso llevará tiempo."

(gg/cp)