Cuestión de energía

Ante la presentación del „auto más barato del mundo”, el modelo indio llamado Nano, el Tages-Anzeiger, de Zúrich, hace la siguiente reflexión: “A los defensores del clima, el acontecimiento debe ponerles los cabellos de punta. Por el cambio climático deben responder ante todo Europa, Estados Unidos y Japón. Pero tanto la industria como los ciudadanos también se enfrentan a retos propios: debemos comprar autos más amigables al medio ambiente, y manejar menos. Además es necesario prescindir de los viajes en avión y aumentar la eficiencia en el consumo de energía; ahorrar energía eléctrica y ser cuidadosos con el agua. Y si no alcanzamos las metas internacionales en materia del clima, podemos seguir el ejemplo de China y la India: simplemente callar.”

Nuevo enemigo

En Alemania, el Neue Osnabrücker Zeitung dice al respecto: “Los grandes consorcios automovilísticos deben hacerse a la idea de que tienen un nuevo enemigo. Después de Japón, Corea y China, la próxima ofensiva viene de la India. El Nano es un auto en toda la forma, y cuesta apenas 2.000 euros. Por ello conquista encabezados de prensa. Pero en Europa no se le podrá ver. Estrictos estándares de seguridad y medio ambiente mantienen al pequeño auto alejado del Viejo Continente. Aún. Pese a ello, los fabricantes establecidos no deben echar en saco roto la advertencia que surje con este modelo indio. Por una parte, el Nano cubre un segmento muy amplio del mercado en una de las economías má dinámicas. Por otro, aumentará la presión del consumidor europeo que buscará autos más económicos."

Plantas nucleares británicas

El Bädische Zeitung, de Friburgo, aborda el anuncio de la construcción de nuevas plantas de energía nuclear : "Si Francia puede, Inglaterra no debe tardarse mundo para allegarse el suministro de energía a través de plantas atómicas. Así, Londres avanzaría en forma consecuente con la situación del clima mundial, hacia una solución energética aceptable. En Inglaterra nadie habla de abandonar la energía nuclear como hace un lustro. Tampoco se evocan fuera de algunas minorías alarmistas los aspectos menos ecológicos del suministro atómico, como el temor a accidentes o a atentados terroristas. Los legisladores y la población civil, unidos, parecen haber superado el escepticismo del pasado y hoy parecen apoyar abiertamente el anuncio hecho por el gobierno británico.”