Cuestión de fe

El violonchelista Young Chan Cho conoce ambas historias, la alemana, con la feliz caída del Muro y la coreana, con el férreo telón de acero que continúa separando el norte y el sur del país y que actualmente vuelve a provocar explosivas escenas de guerra. El músico Cho es también profesor en la Escuela Superior Folkwang de Essen y en la Universidad de Yonsei de Seúl. Su credo es aprender de Alemania el camino hacia la reunificación pacífica pues, de no producirse ésta, la situación en la península coreana acabará en un terrible desastre. En Seúl, Cho es miembro de una gran comunidad presbiteriana que realiza una importante labor a favor de la reconciliación entre las dos Coreas. Por ejemplo, ofrece cursos de idiomas para los refugiados de Corea del Norte. Tras casi 60 años de aislamiento del norte, como consecuencia de la división, el idioma ha sido tergiversado de tal modo por la ideología que los ciudadanos del norte y del sur tienen que hacer verdaderos esfuerzos para comunicarse. La herida de la separación causa un profundo dolor. El músico Young Chan Cho lo experimenta cuando visita por primera vez la línea de demarcación entre el Norte y el Sur. Para los habitantes del democrático Sur, Panmunjom es una zona absolutamente prohibida. Las visitas son peligrosas, aseguran los militares. Tras viajar a través del área desmilitarizada con un permiso especial, el profesor Cho se encuentra abatido, pero está seguro de que la absurda frontera no permanecerá mucho más tiempo