Cuatro años más de Uribe

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, ha iniciado su segundo mandato tras haber sido reelegido en las elecciones celebradas el pasado 28 de mayo. Durante su primer periodo (2002-2006), Uribe ha conseguido consolidarse en la presidencia colombiana con un nivel de popularidad que roza el 70% al haber ganado la confianza de gran parte de la ciudadanía por su gestión en materias de economía y seguridad.

Con su conocida proclama de "mano firme, corazón grande", Uribe se ha destacado por su lucha radical contra las guerrillas con su política de "seguridad democrática" y por haber conseguido ciertas mejoras en la situación económica colombiana. Bajo la tutela del FMI, la economía colombiana ha crecido un 5%, se ha reducido la tasa de paro de un 16 a algo más de un 10% y han aumentado las exportaciones del país.

Ley de Justicia y Paz

Una de las medidas más polémicas de sus primeros cuatro años de Gobierno ha sido la Ley de Justicia y Paz: aprobada por el Congreso y ratificada por el Ejecutivo, esta ley pretende desmovilizar a los paramilitares apoyados por el Ejército y a parte de los guerrilleros que quieran abandonar la violencia. Algunas ONG´s como Amnistía Internacional o la misma Oficina del Alto Comisionado de la ONU mantienen que elimina el derecho de las víctimas a conocer la verdad y obtener justicia. Pese a estas críticas, la posición de la Unión Europea respecto a la ley es inequívoca: la considera es un "avance considerable" que se ha adoptado tras un "prolongado y exhaustivo proceso parlamentario democrático". Bruselas cree por tanto que es un paso positivo para lo que denomina con las iniciales DDR: desarme, desmovilización y reintegración.

Las semanas previas a la investidura de Uribe se han visto marcadas por la supuesta petición de las FARC a la UE de que se las extraiga de su lista de organizaciones terroristas, mientras que Uribe respondía afirmando que la UE no se debía dejar "engañar" por esos "terroristas". Fuentes de la Comisaría de Exteriores de la Comisión niegan que la carta de la guerrilla, dirigida a la Presidencia finlandesa, pida explícitamente que se las borre de la lista de organizaciones terroristas. Aunque no ha habido una respuesta oficial directa sobre el asunto, la UE no considera que este tema esté en estos momentos en su agenda.

"Escaso acompañamiento" de la comunidad internacional

La pasada semana, el vicepresidente de Colombia, Francisco Santos, lamentó el "escaso acompañamiento" de la comunidad internacional en el proceso de paz con los grupos paramilitares de derecha, en lo que pareció ser un reproche. Mientras tanto, las FARC, al igual que el Gobierno colombiano, apuntan hacia la UE como principal mediadora en el conflicto. La Comisión responde que la comunidad internacional "está participando activamente en la medida que la situación lo permite". Y lo hace a diferentes niveles: en primer lugar, a través de la inclusión de Colombia en el G24, cuya última reunión se produjo el pasado febrero; en segundo, a través de la búsqueda de paz dentro de la misma Colombia, por medio de la Organización de Estados Americanos y de las Naciones Unidas.

Los países más presentes en la intermediación entre el ELN y el Gobierno de Colombia son España, Noruega y Suiza, mientras que en las negociaciones entre el Ejecutivo de Uribe y las FARC son Francia y España los principales implicados, quienes, según la Comisión, están preparando el terreno para que ambas partes lleguen a un acuerdo humanitario. Finalmente, "la UE está siguiendo el proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia y apoya a las comunidades receptoras de los paramilitares desmovilizados", según mantiene la Comisión.

"Optimismo" sobre el futuro

Pese a la escéptica acogida de la reelección de Uribe por parte de las FARC y el firme pulso que el presidente mantiene sin descanso con la guerrilla, la UE se muestra optimista sobre un posible escenario de paz en el país suramericano: fuentes cercanas a la Comisaría de Exteriores de la UE subrayan que las últimas elecciones presidenciales se desarrollaron con "tranquilidad". La UE también destaca los buenos resultados electorales obtenidos por la oposición encabezada por el Polo Democrático (algo más de un 20%), organización que podría actuar de bisagra e inducir a las FARC a negociar una salida política al conflicto. "En su discurso después de su reelección, Uribe abrió la puerta para la negociación de un acuerdo humanitario según condiciones que podrían convenir a las FARC. Hay que aprovechar todas esas señales positivas para ser optimistas", insisten las fuentes comunitarias.