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Pasaporte de vacunación: ¿opción real para Latinoamérica?

Camilo Toledo-Leyva
5 de julio de 2021

En la Unión Europea entró en vigor el pasaporte de vacunas para que los ciudadanos se puedan movilizar con cierta libertad. Sobre si sería viable implementarlo en América Latina, las explicaciones del Dr. Felix Drexler.

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Pasaporte digital de vacunación de la UE en un móvil.
Pasaporte digital de vacunación de la UE en un móvil.Imagen: ROBIN UTRECHT/dpa/picture alliance

La Unión Europea (UE) puso en marcha el 1 de julio el denominado Certificado Digital Verde, que permitirá desplazarse dentro del bloque a ciudadanos del mismo que estén vacunados completamente contra el COVID-19, tengan una prueba negativa del virus o se hayan recuperado recientemente de la enfermedad. Una herramienta digital que también parece ser atractiva para América Latina, pero ¿sería posible en la actualidad implementar algo parecido en la región?

Hasta el momento, la Agencia Europea de Medicamentos de la UE (EMA) ha aprobado la aplicación de las vacunas Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson, pero no las chinas Sinovac y Sinopharm, ni la rusa Sputnik V. Precisamente, las vacunas chinas han sido administradas en su mayoría en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. Mientras que la rusa ha sido aplicada en Argentina y México.

Ante ello, surge también la duda sobre si los latinoamericanos inoculados con estas vacunas se verán afectados para ingresar a la UE. Al respecto, DW conversó nuevamente con el virólogo alemán Felix Drexler.

DW: Dr. Drexler, el "pasaporte de vacunas” ha empezado a funcionar en la Unión Europea. ¿Qué tan factible ve usted desarrollar una herramienta parecida en América Latina?

Felix Drexler: Me parece una buena forma de control para que las personas se puedan movilizar. Esta no es necesariamente una herramienta para terminar con la pandemia, pero, al menos, es algo frente a todo el sacrificio que la gente ha hecho todo este tiempo. Además, en América Latina se podría trabajar en un pasaporte digital que sea compatible con el de la UE. No creo que eso sea complicado, porque en muchos países de la región la digitalización está más avanzada que en algunos países europeos.

El virólogo alemán Felix Drexler, de la Clínica Universitaria Charité de Berlín.
El virólogo alemán Felix Drexler, de la Clínica Universitaria Charité de Berlín.Imagen: Jan Felix Drexler

¿Cuáles son las ventajas que tendrían los latinoamericanos con este documento?

El documento podría ser válido en cualquier país de la región, y podría facilitar el intercambio en las fronteras, viajar o visitar familiares. Hay muchas familias que hace mucho tiempo no se ven, tanto en América Latina como en la Unión Europea. Este es un paso que ojalá permita volver a una cierta normalidad. Es más un servicio al ciudadano de una región que para un solo país.

¿Qué obstáculos cree usted que podría haber?

No veo muchos obstáculos, pero podría haber un problema con los certificados de vacunación de cada país. Esto ha sido bastante discutido en distintas regiones del mundo, porque se puede falsificar. Se sabe que hay un mercado negro de certificados de vacunación, que son comprados por gente que no se quiere vacunar, pero que quiere tener las libertades de los inmunizados.

En América Latina se tiene que cuidar ese aspecto, así como también la seguridad de los datos del ciudadano. Para que sus datos personales no estén disponibles en la red.

Chile ha inoculado a la mayoría de su población con la vacuna china Sinovac.
Chile ha inoculado a la mayoría de su población con la vacuna china Sinovac.Imagen: Francisco Castillo/Agencia Uno/dpa/picture alliance

Por otro lado, aún no está claro si los latinoamericanos que han sido inmunizados con las vacunas chinas o la rusa tendrán problemas para ingresar a la UE. ¿No se estaría discriminando de cierta forma a un grupo de personas que no tenía otra opción? 

A mí me parece que hay una necesidad de entendimiento global sobre qué se acepta como un vacunado o inmunizado. Pero, en general, no creo que sea imposible ingresar a la UE con esas vacunas. Cuando se ingresa, por ejemplo, a Alemania, en este país se está aceptando también una prueba de PCR negativa de otros países. La única exigencia para aceptar esto fue que sea en inglés. No veo imposible que se llegue a un acuerdo internacional. Pero eso requiere todavía un esfuerzo diplomático y entendimiento transatlántico.

La propia Unión Europea ha admitido que se trata de un proceso complicado, por lo que deja a cada Estado miembro la responsabilidad de tomar sus medidas. Pero, ¿no sería mejor que la EMA acelerase el proceso de aprobación de las vacunas Sinovac, Sinopharm y Sputnik V?

No sé si lo necesitamos. Creo que vacunas como Sinovac o Sinopharm, con una eficacia de alrededor del 50%, no van a tener lugar en la Unión Europea. Justamente porque aquí hay acceso a vacunas con eficacia claramente superior. Al parecer, Sputnik V es muy buena, pero es una vacuna vectorizada que tiene sus riesgos, como la de AstraZeneca.

Personalmente, creo que mientras estén disponibles vacunas de ARN mensajero como Moderna o Pfizer/BioNTech en suficiente cantidad, probablemente la EMA no aceptará otras. Además, la aprobación de la EMA no es el problema, sino si los países europeos las van a comprar. En la UE se está llegando a un punto en que el problema no es la disponibilidad de vacunas, sino la disposición de las personas para vacunarse.

Argentina y México han recibido grandes cantidades de la vacuna rusa Sputnik V.
Argentina y México han recibido grandes cantidades de la vacuna rusa Sputnik V.Imagen: Presidencia Argentina/dpa/picture alliance

Pero esto es distinto en América Latina, una región de difícil acceso e infraestructura, donde se necesitaba primero disponibilidad, y fueron las primeras que pudieron conseguir. Qué bueno que lo hayan hecho, porque peor hubiese sido contraer el COVID-19. No hay que olvidar que, en general, todas las vacunas protegen contra una enfermedad severa.

También hay críticas porque con el pasaporte digital solo una minoría podría viajar sin restricciones, mientras que, por ejemplo, los jóvenes seguirán sometidos a medidas como las cuarentenas. ¿Qué piensa acerca de eso?

Un pasaporte de vacunación puede dar ciertas libertades, pero no necesariamente libera a la gente de tener que demostrar una prueba negativa antes de viajar o embarcarse en un avión. Es una medida muy segura que, tal vez, se debería mantener.

Además, todavía hay dudas sobre la eficacia de las vacunas para prevenir que una persona vacunada transmita el virus, y eso, frente a las nuevas variantes...

Supuestamente, las vacunas usadas en la UE son más eficaces que las otras. Sin embargo, hay que esperar todavía a que lleguen más estudios, porque, por ejemplo, los datos de baja transmisibilidad que recibimos de Israel, fueron de un período muy corto después de la vacunación. Puede ser que esa inmunidad de transmisión disminuya un par de meses después de la vacunación.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha criticado que solo una de cada diez personas en América Latina y el Caribe ha sido vacunadas completamente contra el COVID-19. ¿Es ese aún el principal problema por resolver antes de pensar en implementar un pasaporte de vacunas?

Se puede empezar a discutir cómo implementar un pasaporte de vacunas, pero lo principal ahora es aumentar el acceso a vacunas y la vacunación de la gente. Hay varios países donde la tasa de vacunación está por debajo del 10%, y eso no es suficiente. Con pocos vacunados y ante las variantes emergentes, hay que tener mucho cuidado para que no llegue una tercera o cuarta ola.

(cp)