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Conflicto comercial entre China y EE. UU.: guerra de titanes

22 de agosto de 2018

La próxima ronda por la disputa comercial entre EE. UU. y China está más cerca. Los observadores mundiales se preguntan hasta qué punto los adversarios continuarán jugando con fuego; en China aumenta la incertidumbre.

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Symbolbild zur drohenden Zuspitzung des Handelskrieg s zwischen den Vereinigten Staaten von Amerika
Imagen: imago/R. Peters

Según el plan de Donald Trump, los nuevos aranceles punitivos de Estados Unidos del 25 por ciento sobre productos chinos, por valor 16 mil millones de dólares, entrarían en vigor este 23 de agosto. Estas son cantidades que las dos economías más grandes del mundo pueden soportar. Pero, ¿qué sucede si China contraataca y continúa alimentando el conflicto comercial? ¿Se siente lo suficientemente fuerte como para permitir que el asunto escale con su socio comercial más grande, Estados Unidos? Después de todo, el Ministerio de Comercio de Pekín también había anunciado impuestos del 25 por ciento sobre las importaciones estadounidenses por un volumen de 16 mil millones de dólares: desde petróleo crudo y carbón, acero y hasta tecnología médica. Entrarían en vigor al mismo tiempo que los aranceles de EE.UU.

Thomas Jäger, politólogo de la Universidad de Colonia, cree que Pekín está pensando ahora detenidamente si su reacción a la primera ronda de aranceles punitivos de Estados Unidos, impuesta en julio, fue la adecuada. En ese momento, el presidente de EE. UU., Donald Trump, recaudó 34 mil millones de dólares. Rápidamente China reaccionó haciendo lo mismo. Por así decirlo, optó por mantener la paridad pero, entre tanto, parece estar considerando si fue realmente (una decisión) inteligente, dice el experto.

Inseguridad en la población

El pueblo chinó también reflexiona sobre cómo acabará esta disputa comercial. "Creo que Estados Unidos ganará la guerra comercial, porque está más desarrollado en comparación con China, y aunque China tiene una gran población, cuando comience la guerra comercial las ventajas estarán de su parte ", dice Lin Zaishi, un entrenador deportivo de 25 años. 

Latas en una tienda.
Producto estadounidense en una tienda china.Imagen: picture alliance/dpa/Xu Congjun

Por su parte, el gerente financiero de 40 años Chen Jun, quien simpatiza con ambas partes, enfatiza: "No creo que haya ningún lado culpable, porque ambas partes persiguen sus propios intereses nacionales y el gobierno de Estados Unidos, bajo Donald Trump, también debe considerar sus propios intereses ".

¿Conflicto o guerra comercial?

Durante meses, el conflicto comercial con EE. UU. ha sido uno de los temas candentes en China. Los medios de comunicación estatales se mostraron autocríticos poco después de que estallara la disputa comercial con Estados Unidos, pero el tono ahora es diferente. Una y otra vez, estos sostienen que, al final, la economía, los consumidores y los trabajadores estadounidenses serán los perjudicados. La siguiente expresión china explica con exactitud el mensaje actual de los medios de comunicación del país con respecto a la actitud estadounidense: "Levantar una piedra para dejarla caer sobre los propios pies”.

A pesar de la propaganda de los medios estatales, cada vez más personas parecen estar preparándose para lo peor. Aunque hay normas estrictas al respecto, muchos chinos están tratando de cambiar su moneda, el yuan, por dólares estadounidenses, euros u oro. Además, los casos, como el de un administrador de fondos que supuestamente intentó abandonar China con lingotes de oro, alimentan el sentimiento de inquietud en las redes sociales del país.

El jefe de Estado ya respondió y, tras bambalinas, accionó el freno de emergencia: los responsables de la toma de decisiones de Pekín dieron instrucciones a los bancos para que solo permitieran retiros de hasta 5.000 dólares estadounidenses. De lo contrario, los clientes bancarios deberán demostrar por qué necesitan más dólares. Dicha medida no es oficial.

Jugando con el miedo


"La guerra comercial ha provocado que la población esté preocupada", dice Huang Weiping, de la Universidad Renmin, en Pekín. Este profesor de economía considera que los aranceles punitivos de EE. UU. son un arma de guerra psicológica: "En la batalla comercial entre EE. UU. y China, los efectos psicológicos superan a los efectos reales. El miedo está realmente presente entre la población; el impacto en la economía real es mínimo". Los aranceles impuestos por Donald Trump son, por su volumen, menores que las ventas de bienes raíces en una ciudad china de tamaño medio, según Huang Weiping. "No es una cuestión de dinero. El temor de la gente es el gran problema para la economía china”, señala el economista.

Ren Zeping, uno de los analistas de economía más conocidos del país y jefe del Evergrande Real Estate Research Institute, cree, como muchos chinos, que aún no ha llegado la hora del enfrentamiento abierto entre ambos países: "Antes de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, en nuestro país había una tendencia a la confianza y la autoestima excesivas". El conflicto actual no ha desencadenado más que un retorno a la cordura, opina. "Tenemos que reconocer claramente que a China aún le queda mucho por hacer en términos de innovación, construcción de alta gama, servicios financieros, educación, tecnologías básicas y militares", concluye.

Thomas Kohlmann (RMR/ER)

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