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Comunistas rusos denuncian campaña más sucia desde 1991

14 de septiembre de 2016
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El líder de los comunistas rusos, Guennadi Ziugánov, denunció que la actual campaña electoral de las legislativas del 18 de septiembre es la más sucia que recuerda desde la caída de la Unión Soviética en 1991: "Lo que ocurre ahora sobre el terreno, los de arriba prometen elecciones limpias y dignas, y abajo se hace lo que ni siquiera se hacía en los años 90: Total ausencia de diálogo. Es sucio y asqueroso", dijo Ziugánov durante una reunión con sus diputados.

Ziugánov, de 72 años, manifestó su firme protesta a las autoridades de Samara y Nizhni Novgorod por convertir a esas dos regiones en "zonas electorales-criminales": "Han excluido a seis candidatos con posibilidades de ganar en Nizhni Nóvgorod. Por ese motivo, nos vemos obligados a enviar allí a mil quinientos observadores", dijo.

Denunció también que "por primera vez" dos dirigentes comunistas han sido excluidos de los comicios legislativos del domingo: Serguéi Óbujov en Krasnodar y Vadim Soloviov en Tver. Cualquier decisión que suscita dudas en el partido del poder, inmediatamente recurren a los tribunales a través de testaferros o abren una investigación", subrayó.

Según las últimas encuestas de intención de voto divulgadas este lunes, los comunistas perderían en favor de los ultranacionalistas el segundo lugar, que mantienen desde mediados de los años 90, ya que sólo un 7,4 % de los rusos estarían dispuestos a apoyarlos. Como sospechaban sus propios partidarios, el adelanto de las elecciones ha supuesto un duro revés para los comunistas, ya que sus votantes, en su mayoría pensionistas, descansan en la dacha o casa de campo hasta la llegada del invierno.

Por ello Ziugánov pidió a los electores a no quedarse en sus casas y acudir a las urnas el 18 de septiembre. "Si la actual política económica continúa, el retorno a los años 90 será inevitable con las más funestas consecuencias", aseguró, respecto a la última década del pasado siglo que se caracterizó por el precario nivel de vida de la población.

Según todos los analistas, al partido del Kremlin, Rusia Unida, que cuenta con un 41 % de intención de voto -un mínimo histórico-, le conviene una baja participación, por lo que ha hecho una campaña de bajo impacto.

En 2011 la formación oficialista logró menos del 50 % de los votos por listas de partidos, pero en esta ocasión la mitad de los escaños se repartirán por circunscripciones electorales, lo que favorece al partido en el poder. Además, es la primera vez desde 1999 que el Partido Comunista tendrá que repartir los votos de los nostálgicos con otra formación, Comunistas de Rusia, que es partidaria de recuperar las esencias del estalinismo (efe).