Las intersecciones más importantes de Berlín, Hamburgo y Múnich se pintaron de colores. Son los centros de cada una de las ciudades donde transita la mayor parte de su gente. Carolina Amaya y otros artistas los revistieron del color que los alemanes buscaban. "Mis colores son de una Colombia que sueña con la esperanza y la paz, son de la naturaleza, son un reconocimiento a los indígenas", dice la artista colombiana en entrevista. Carolina Amaya llegó a principios de 2018 a Berlín. Llegó directo de Bogotá para buscar hacer arte, pero lo primero que encontró fue a sí misma. "El ser diferente es aceptado en esta ciudad, ser normal es aburrido", dice. En el encuentro de uno mismo, Carolina Amaya ve color. En la energía que uno desprende. Es natural, es parte de la naturaleza. Y así es como recuerda a su país natal y la forma en que le da vida ante los alemanes. "Esos colores y ese movimiento frente los alemanes esquemáticos pero libres, es una gran mezcla", dice.