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Colombia acoge a afganos: “Ante todo, un gesto humanitario”

José Ospina-Valencia
23 de agosto de 2021

Abundan las incógnitas sobre la acogida de afganos y su impacto en Colombia, un país con una doble crisis migratoria: la de casi dos millones de venezolanos y la de asiáticos, africanos y haitianos rumbo a EE.UU.

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Mujeres, hombres y niños afganos rescatados por el Ejército alemán, y llevados a Tashkent, la capital del vecino Usbekistán. Imagen del 21 de agosto de 2021
Mujeres, hombres y niños afganos rescatados por el Ejército alemán, y llevados a Tashkent, la capital del vecino Usbekistán. Imagen del 21 de agosto de 2021Imagen: Marc Tessensohn/Bundeswehr/Handout/REUTERS

"Las dinámicas políticas y económicas del mundo son muy rudas y complejas. Pero hay una parte humana en todo esto, y es brindar refugio a los que más lo necesitan. Son personas que salieron de casa con apenas una muda de ropa, sin una fotografía y dejando su vida atrás”, dijo Néstor Orduz, consultor de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y exfuncionario de Migración Colombia al diario El Espectador de Bogotá este 23 de agosto.

Ordúz se refiere a la decisión del presidente de Colombia, Iván Duque, de acoger probablemente a unas 4.000 personas, mujeres, hombres y niños, provenientes de Afganistán . Su destino final es Estados Unidos, pero deben esperar el estudio de su petición de asilo fuera de ese territorio. Un proceso que puede durar varios meses, o años.

Bienvenida, permiso humanitario y PCR

Lo seguro es que, una vez lleguen los/las afganos/as al país, "Colombia concederá un permiso humanitario temporal”, responde la vicepresidenta y canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, a las preguntas enviadas por DW sobre el estatus y las implicaciones de la iniciativa. La canciller de Colombia agrega además, que "los afganos recibirán la atención médica que incluye pruebas PCR y la administración de la vacuna contra el coronavirus, en caso de que aún no la tengan”.

Marta Lucía Ramírez, vicepresidenta y canciller de Colombia
Marta Lucía Ramírez, vicepresidenta y canciller de ColombiaImagen: Getty Images for Concordia Summit/G. Aponte

Los afganos "en tránsito por Colombia” serán alojados en diversos hoteles en ciudades como Bogotá, pero también en Barranquilla y Cali, que han ofrecido acogerlos. "En coordinación con Migración Colombia a los ciudadanos afganos se les garantizará su movilidad libre por todo el país”, afirma Ramírez, quien espera aún recibir el número exacto de personas y su fecha de arribo. "Los costos los asumirá la agencia estadounidense USAID”, asegura la vicepresidenta, quien resalta que este es, ante todo, "un gesto humanitario, toda vez que hacemos parte de una nueva alianza humanitaria internacional, a la que pertenecen otros países como Canadá, Reino Unido, España y Alemania”. Explica que quienes llegarán a Colombia serán "civiles, cooperantes del Gobierno y el Ejército de Estados Unidos o de la OTAN, pero también varios activistas de derechos humanos quienes defienden a las mujeres afganas, también una causa nuestra”.

"Espera en México”: el coletazo de Trump

Se presume que una las razones por las que Washington ha aceptado la oferta de Colombia es el revés jurídico que la administración de Joe Biden sufrió el pasado 20 de agosto y que lo obliga a reanudar la política de Donald Trump de "Espera en México” para peticionarios de asilo. Dicha política, cuyo nombre oficial es Protocolo de Protección de Migrantes (MPP) fue instaurada por el Gobierno del expresidente Donald Trump en 2019, y por ella decenas de miles de solicitantes de asilo llegados a la frontera entre México y EE.UU. han sido devueltos a México y América Central.

Además de Colombia, en América Latina Costa Rica, Chile y México han expresado el deseo de acoger a migrantes afganos, aunque no han especificado el trámite. México habría recibido ya las primeras solicitudes individuales directamente en su embajada en Irán, como se desprende de declaraciones en Twitter de Marcelo Ebrard, ministro mexicano de Relaciones Exteriores.

La oferta de Colombia es servir de estación intermedia hacia Estados Unidos. "Pero toda esta iniciativa está aún llena de incógnitas”, dice a DW Fátima Martínez, profesora de la Universidad del Rosario de Bogotá y especializada en refugio y migración.

Martínez, que ha realizado trabajos de documentación fotográfica en Moria, el mayor campamento de refugiados de Europa, en la isla griega de Lesbos, pone sobre la mesa que "los tiempos de estudio de la aceptación como refugiado pueden durar años” y que al final, es muy posible que "no todos los solicitantes afganos estacionados en Colombia vayan a ser aceptados por las autoridades migratorias de Estados Unidos”.

Fátima Martínez, docente de la Universidad El Rosario de Colombia, y especialista en documentación de la migración.
Fátima Martínez, docente de la Universidad El Rosario de Colombia, y especialista en documentación de la migración. Imagen: Fátima Martínez

El país limbo en el que puede convertirse Colombia

¿Qué hacer entonces? ¿Quedan en un limbo los afganos que no sean aceptados por Washington? "Así es, y Colombia tendrá que estar preparada para lo que venga. Lo que significaría acoger a los afganos no aceptados por las autoridades estadounidenses con todas las consecuencias que conlleva garantizar el refugio”. Un problema doble, ya que "en Colombia una petición de refugio en cancillería también puede demorar años”.

La profesora Fátima Martínez, especializada en la documentación de las migraciones y el tratamiento digital de la información, alaba la dedicación de Caritas Colombiana, una organización humanitaria socia de Caritas Alemania, que socorre a los refugiados venezolanos y recuerda que "Colombia aún está necesitando más ayuda internacional para atender las otras dos crisis migratorias en su país: la de casi dos millones de venezolanos, y la que viven asiáticos, africanos y haitianos que cruzan el país de sur a norte, de Ipiales a Necoclí, que buscan pasar una de las rutas más peligrosas del mundo: el Tapón del Darién”.

Por último, y previendo que la misión se alargará, Martínez advierte que más vale pensar desde ya en ofrecerles la oportunidad de aprender español a los refugiados afganos que lleguen a Colombia. Fátima Martínez concluye: "La herida de Afganistán nos toca a todos”.

(er)