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Colombia: entre el miedo al pasado y el miedo al futuro

José Ospina-Valencia
12 de junio de 2018

El miedo a que tanto Duque como Petro no respeten el Estado de derecho dominó la campaña electoral en Colombia. Temas como la inequidad en Colombia y la crisis en Venezuela quedaron relegados por la polarización.

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Más de 36 millones tienen la oportunidad de elegir presidente hasta este 17 de junio de 2018.
Más de 36 millones tienen la oportunidad de elegir presidente hasta este 17 de junio de 2018. Imagen: Registraduría Nacional de Colombia

¿Un candidato de derecha versus uno de izquierda? “Eso se llama democracia”, apunta en entrevista con DW Hubert Gehring, director de la Fundación Konrad Adenauer en Colombia. En Colombia es la primera vez que dos candidatos realmente antagónicos se disputan la presidencia. Iván Duque, del derechista Centro Democrático y Gustavo Petro, de la izquierdista Colombia Humana. A esto se suma que Petro militó en los 80 en la guerrilla urbana M-19.

Tras la primera ronda del 27 de mayo, ambos candidatos han tenido que suavizar, empero, su discurso para cautivar a unos 7 millones de votantes de centro y centro-izquierda. “Los colombianos no quieren los extremos y buscan más bien un presidente que una al país”, destaca Gehring. 

Cambian miedo por votos

“La diferencia entre los candidatos y sus programas de campaña es, en efecto, una ganancia para la democracia colombiana”, agrega, por su parte, la politóloga colombiana Viviana García Pinzón, del Instituto de Investigaciones sobre América Latina (GIGA), en Hamburgo. Y recuerda que “en décadas pasadas varios candidatos de izquierda fueron asesinados”.  García Pinzón destaca además, que “por primera vez desde hace más de medio siglo, no son las FARC el tema en una campaña a la presidencia”. En efecto, las FARC como guerrilla desaparecieron, entregaron sus armas, gracias al Acuerdo de Paz, y fueron estruendosamente derrotadas por los electores en las urnas el 11 de marzo, cuando recibieron solo 0,5% de los votos, no ganando un solo escaño en el Parlamento por esfuerzo propio. 

Pero Duque y Petro han polarizado, casi por igual, marcando el común denominador de esta campaña electoral: el miedo. El miedo a lo que el contendor pueda hacer de Colombia. A pesar de que las FARC desaparecieron, la derecha y ultraderecha, representada por Iván Duque, se han obstinado en mantener vivo el fantasma de esa guerrilla. Según la propaganda del bloque en torno a Duque, “Petro busca hacer de Colombia una segunda Venezuela”. Por su parte, las huestes de Petro aducen que Duque es un supuesto "títere de Uribe", como describe Héctor Riveros, en el portal de análisis La Silla Vacía en "Esconder a Uribe". 

Certezas e incertidumbres

Además del miedo, esta campaña se ha movido entre certezas e incertidumbres, unas reales, otras virtuales. Algo que toca a ambos candidatos. Una de las certezas, por ejemplo, es la falta de experiencia de Iván Duque, quien no ha desempeñado ningún cargo administrativo por votación.  De Petro, quien fue alcalde de Bogotá (2012-2015), se dice que llevó una administración “caótica”, como le endilgó el exprocurador  Alejandro Ordóñez.

“Al tecnócrata Duque no hay nada que evaluarle, aparte de un cargo en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”, recuerda la politóloga García Pinzón, con máster en la Universidad de Chile. Pero el mayor temor a una eventual presidencia de Duque es el regreso del uribismo, ligado al paramilitarismo, financiado por el narcotráfico, según la politóloga. "Uribe, su mentor, se hizo reelegir truculentamente, por lo que varios de sus ayudantes fueron condenados y pagaron cárcel”, señala la experta. Las cortes, periodistas y opositores fueron “espiados”, añade, bajo los gobiernos de Álvaro Uribe, hechos por los que tuvo que disolverse la agencia de espionaje que era el DAS. 

Estado de derecho

El hecho es que si gana Iván Duque, sus fuerzas concentrarían casi el poder absoluto: “Este es un gran peligro para la institucionalidad de Colombia”, advierte García Pinzón: “Duque tendría el Poder Ejecutivo y las mayorías del Congreso en una persona. Además ha propuesto abolir diferentes cortes para crear una, posiblemente a su medida”. 

Si ganara Petro, “la equiparación de fuerzas sería más factible”, concluye esta analista de la Universidad Nacional de Colombia. La politóloga se refiere a que Petro no contaría con las mayorías en el Parlamento y tendría que llegar a consensos.

"Los doce mandamientos de Petro", un compromiso con sus electores
"Los doce mandamientos de Petro", un compromiso con sus electoresImagen: AFP/Getty Images/R. Arboleda

Aún así, los temores que ha despertado Petro con su postura ambigua frente a la democracia en Colombia y la dictadura en Venezuela son tan grandes que la Alianza Verde lo conminó a esculpir en mármol, y no es metáfora, los 12 mandamientos que debe respetar, a cambio de su apoyo. Por ejemplo: “Impulsaré la iniciativa privada", reza el IV mandamiento, mientras el VI  dice: “Respetaré el Estado social de Derecho”. 

Campesinos: olvidados y excluidos

“Lo que realmente esperan los colombianos es que el próximo presidente oriente el país al futuro”, concluye el director de la KAS en Colombia, quien no ve el peligro en que Colombia vaya a ser dirigida por la izquierda o la derecha sino en “el populismo”, cualquiera que sea. La mayoría de los electores colombianos opta, por lo general, por el centro.

Por otra parte, Hubert Gehring, administrador de empresas, extraña que los candidatos hablen mucho de Producto Interno Bruto (PIB) y poco de reducir las inequidades. “Promover una economía con espíritu social en las comunidades rurales en donde aún la paz no se ha materializado, así como ampliar las ofertas de educación y empleo”, son para Gehring prioridades que el próximo presidente debe atender.

Acuerdo de Paz protegido por la Constitución

En lo que concierne a la paz "está jurídicamente asegurada, porque hace parte del sistema legal colombiano”, recalca desde La Haya a DW el profesor de la Universidad del Rosario Walter Arévalo, por lo que "a Duque no le puede interesar  violar la Ley”. Y, en efecto, Duque ahora solo quiere "introducir cambios, pero respetar el modelo”. 

En caso de una victoria de Petro, Sabine Kurtenbach, directora encargada del Institito para Estudios sobre América Latina (GIGA), ha advertido en DW que la paz en Colombia puede correr el riesgo del proceso en Guatemala: "Allí el Congreso ha asfixiado la paz no aprobando los recursos financieros necesarios”.

Crisis humanitaria en Venezuela: “Una bomba de tiempo” 

Por último, un verdadero desafío regional es la crisis humanitaria en Venezuela y sus consecuencias para Colombia. Tanto que el director de la Fundación Konrad Adenauer en Colombia considera el problema “una bomba de tiempo”. “Ninguno de los candidatos presentó programas de integración de los venezolanos migrantes al mercado laboral y la sociedad colombianas”, destaca Gehring, quien advierte que el problema es también de “seguridad”. 

“Como en Alemania con los sirios, también en Colombia crece el escepticismo y el rechazo frente al millón de migrantes venezolanos que llegaron en los últimos doce meses, en buena parte sin educación ni recursos”, dice Gehring, quien urge a la comunidad internacional a respaldar más a Colombia. Pero será el próximo presidente de Colombia, elegido para los próximos cuatro años, el que tiene que proponer una solución.

La decisión la tienen ahora los 36 millones de electores colombianos habilitados de quienes la politóloga Viviana García Pinzón espera que aprovechen “esta ventana de oportunidad inédita para hacer de Colombia un país en donde los corruptos sí se persigan y no se mate a los líderes sociales”. En Colombia, los unos parecen querer votar por uno de los candidatos por miedo al futuro, mientras los otros lo harán, por el otro, por miedo al pasado. Pero como dice el refrán, "el miedo no es buen consejero". 

Autor: José Ospina-Valencia (CP)