¡Cibercuentos para armar ya tiene ganadores!

¡Grata, pero bastante difícil la misión de seleccionar a los ganadores del Concurso de Cibercuentos por la sencilla razón de que no se puede premiar a todos! Entre los finalistas encontré relatos de indudable calidad temática y expresiva, y sentí la pluma (mejor dicho: el teclado) de cuentistas promisorios y de otros experimentados, pero había que seleccionar... ¿Qué criterio utilicé para el veredicto final? Uno simple: que las palabras de uso obligatorio entregadas a los concursantes se integrasen armónicamente en una trama atractiva y convincente, es decir, que no "se sintieran" y lograsen fundirse sin tropiezos en el desarrollo del relato.

Tercer lugar

El cuento "Sin título 4", de Carmenluisa Pinto, que ocupó el tercer lugar, sorprende por su capacidad de crear rápidamente, y con economía de recursos, una atmósfera opresiva, nebulosa y asfixiante, una situación apocalíptica en que reinan la incertidumbre y el miedo. Hay una densidad existencial en el cuento, que el narrador logra al usar el lenguaje coloquial y crear un sujeto sensible y talentoso, que vislumbra la esperanza en la re-escritura de la historia humana, en la agencia individual. ¡Un sólido relato!

Segundo lugar

El segundo lugar lo obtuvo "Sin título 3", de Jaume Pons Roca, porque ese cuento, además de estar bien escrito, tiene la fuerza del ingenio y la imaginación. El autor se atreve a realizar una osada experimentación: convertir objetos inanimados en personajes. Y la experimentación le funcionó con gracia y ternura. Ya en las primeras líneas un botellín de agua, una botella de vino y un brick de leche se convierten de una plumada en personajes con ambiciones y sentimientos. Jaume logra utilizar las palabras obligatorias sin que se noten, y su relato fluye como el agua de una vertiente, sin alardes ni aspavientos, refrescante. El botellín de agua conquista al lector y también a Brittney Spears, y al satisfacer su propio placer, es decir, al realizar su valor de uso, vuelve a su función primigenia. Después de leer ese cuento nunca más abriremos el refrigerador de la misma forma en que lo hacíamos hasta ahora. ¡Excelente historia!

Primer lugar

Y el primer lugar se lo llevó "Ser técnico", de Claudio Fichera, porque construye una historia con profundidad filosófica y varios niveles, y plasma un personaje que es un individuo verosímil y convincente, que el lector ve actuar y pensar. En el cuento funcionan con éxito referencias baudrillardescas con respecto a los simulacros en la vida moderna, la deshumanización de las relaciones sociales y al papel del panóptico foucauldiano como ese ojo espía que el poder instala en nuestras vidas y que el individuo moderno termina a menudo por tolerar. El cuento de Claudio nos coloca en una situación límite, incómoda: nos lleva a desconfiar de los aparatos que parecen nuestros aliados, que pueden estar espiándonos con la complicidad de quienes dominan la tecnología de la cual dependemos. El "técnico" de Claudio es un aliado siniestro e inescrupuloso del poder en las sociedades modernas, un experto que nos convierte en sujetos espiados en forma permanente y nos mantiene mediante la simulación en calidad de simples objetos. ¡Una gran historia, un merecido primer lugar! ¡Felicitaciones!

Roberto Ampuero, Iowa City, EEUU

Dentro de poco nos comunicaremos personalmente con los ganadores para hacerles llegar su premio.