Chinchorro, una cultura de momias
Las momias artificiales del prehistórico pueblo Chinchorro son las más viejas del mundo, con aproximadamente 7.000 años de antigüedad.
Milenarios
La milenaria cultura de los Chinchorros dio gran importancia a la momificación artificial. Esta práctica funeraria la llevaron a cabo en el litoral norteño del desierto de Atacama, entre Chile y Perú.
Pionero
Max Uhle, un arqueólogo alemán, fue contratado a comienzos del siglo XX por el Gobierno de Chile para estudiar las momias de Chinchorro. Fue el primer científico en catalogarlas, y su trabajo ha sido relevante para la arqueología y antropología mundial.
El valle de las momias
En el Valle de Camarones, 105 kilómetros al sur de Arica, Chile, se encontraron las primeras momias artificiales de infantes. Estas corresponden a los vestigios de mayor antigüedad hallados, hasta ahora. Se cree que la muerte masiva de niños se debió a la gran cantidad de arsénico presente en el agua.
Todas las edades
La cultura Chinchorro momificaba sin distinción de edad y sexo, incluso se han encontrado fetos y recién nacidos. Esto distancia a este pueblo de otras culturas, como la egipcia, donde la jerarquía social se tomaba mucho en cuenta, especialmente al momento de momificar. En la foto, se puede ver la momia de un niño de 8 años aproximadamente.
La boca y los ojos
Los chinchorros dejaban a sus momias con los ojos y la boca abiertos. Un mensaje que buscaba reflejar, de manera gráfica, que la muerte no era el fin de la existencia. En la foto, una pequeña estatua de madera tallada que simula un cuerpo momificado de la cultura Chinchorro.
Pescadores
La pesca y recolección de mariscos eran actividades de subsistencia. En el litoral del norte chileno aún es posible encontrar conchales y restos de mariscos, botados por doquier, que probablemente recolectaron y consumieron, hace miles de años atrás, los chinchorros.
Herramientas
Los chinchorros crearon sus propias herramientas. Como eran buenos pescadores, se dedicaron a confeccionar diferentes tipos de anzuelos, algunos de moluscos, otros de espinas de cactus, huesos y fibras vegetales. En la foto, puntas de lanza para la caza.
Joyas
Pero no solo puntas de lanzas fabricaron los chinchorros, también joyas con conchas de moluscos, huesos y lanas de camélido y fibras de algodón. En la foto, un collar de nácar de la época Chinchorro.
Especialistas
El tratamiento de momificación era complejo y podía demorar semanas. Por eso, los chinchorros son considerados especialistas de la anatomía humana. El cuerpo, por ejemplo, era despojado de la carne y las vísceras, para dejar el esqueleto siempre limpio y seco.
Decoradas
Algunas momias se rellenaban en su interior con diversos materiales, como lanas, paja, plumas y pieles de animales. No todos los cuerpos hallados se encuentran decorados. Eso hace pensar a los científicos que el pueblo Chinchorro tuvo diferentes épocas de momificación.
Semienterradas
Los cuerpos eran mantenidos por un tiempo en la comunidad, luego sepultados en tumbas poco profundas. Muchas de las momias, descubiertas en excavaciones, se encontraron a menos de 5 metros de profundidad.
Colores y líneas
Los colores y dibujos de las máscaras impresionan. Para pintar los rostros se usaban diferentes clases de tintes, como por ejemplo la pintura de manganeso. Hoy, las momias son consideradas verdaderas obras de arte del período prehispánico en Sudamérica.
Cuidado capilar
No sobrepasaban los 1.65 metros de altura. Tenían dentadura desgastada, pero sin presencia de caries. Sus largas cabelleras color azabache podían alcanzar los 60 centímetros de largo. El pelo se cuidaba, porque, a veces, era usado como peluca para las momias.
Una necrópolis
En la ciudad chilena de Arica se han encontrado cientos de vestigios de la cultura Chinchorro. “Es una necrópolis y bajo su tierra están los antiguos ariqueños, aunque también momias”, dice el antropólogo físico Dr. Bernardo Arriaza.
Patrimonio mundial
Las momias de Chinchorro postulan para ser declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se quiere resguardar una cultura que practicó la momificación ininterrumpidamente por más de 3.500 años.