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Chemnitz, ciudad cultural

14 de diciembre de 2010

De Richard Wagner a Otto Dix – no cualquier ciudad presenta una oferta cultural tan extensa como la de Chemnitz.

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Ayuntamiento de ChemnitzImagen: picture-alliance / HB Verlag / Joh

La vista sobre los tejados revela un rasgo importante del ambiente cultural que predomina en esta ciudad: la mirada no se topa con puntiagudas iglesias o palacios, sino se posa sobre chimeneas y factorías. Esas “catedrales de la industria” marcaron y siguen determinando la imagen de Chemnitz. Junto con las villas modernistas y los edificios erigidos durante la fundación de la ciudad, simbolizan toda una época –la era de los “clásicos modernos”– que se sigue proyectando en el futuro. Chemnitz sigue percibiéndose a sí misma como la “Ciudad de la Modernidad”, con lo que hace referencia a un sencillo principio: permanente desarrollo.

Rastros de la industria

Deutschland Ausstellung Auto Union in Chemnitz
Poniendo a punto un coche enel Museo de la Industria en Chemnitz.Imagen: AP

Los interesados pueden hacerse una idea sobre cómo comenzó la Modernidad visitando el Museo Sajón de la Industria, un lugar que en cierto modo le permite a la ciudad echar una mirada hacia atrás y reafirmar su identidad. En su exhibición permanente se pueden contemplar las fases que marcaron la evolución de la industrialización, encarnadas en objetos que van desde la máquina de vapor hasta el automóvil, desde la máquina de hilar conocida como “Spinning-Jenny” hasta las máquinas de coser contemporáneas.

La ciudad de los cuadros

Kunstsammlungen Chemnitz zeigen Werke von Bob Dylan
Dos mujeres miran el cuadro "Dreamgirls" de Bob Dylan en la ciudad de Chemnitz.Imagen: picture-alliance /dpa

Las obras que han pasado por la ciudad, así como las colecciones de arte que permanecen en ella, también tienen algo que decir sobre Chemnitz. No fue en Nueva York ni en Londres donde un contemporáneo como Bob Dylan inauguró su primera exposición de cuadros, sino en esta ciudadela alemana, hogar de varias pinturas de Caspar David Friedrich, Max Liebermann y, desde hace algún tiempo, también de la Colección Gunzenhauser, una pinacoteca privada que creció hasta convertirse en una de las más significativas de Alemania y que ahora se exhibe en un museo propio. Ella contiene casi 300 trabajos de Otto Dix; en ningún otro lugar del mundo se concentran más cuadros de este cultor de la Nueva Objetividad y el Expresionismo alemanes.

La Bayreuth sajona

También los entusiastas de la música tienen motivos de sobra para visitar esta ciudad de la Sajonia Occidental: Chemnitz se ha hecho de un gran prestigio en el ámbito de la ópera. Allí se dan cita los aficionados a Wagner cuando se celebran las escenificaciones locales de “El anillo del nibelungo” o de “El holandés errante”. Entre los conocedores, Chemnitz es percibida como “la Bayreuth sajona”; de hecho, la Haus am Theaterplatz, en donde tienen lugar las presentaciones, guarda notables semejanzas con la sede de sus concurrentes en Bayreuth.

Para aquellos que prefieran formas de entretenimiento menos adustas, Chemnitz ofrece clubs, discotecas, tabernas y cines. En un extremo está el cineclub Siegmar, que proyecta buenas películas de autor en un ambiente relajado, y en el otro, el Atomino-Club, que se esmera en complacer a su clientela con distracciones urbanas que van desde sets de música Indie-Disco hasta concursos al estilo de los rateshows televisivos – este es el tipo de local en el que James Bond habría pedido un martini tras culminar las escenas de “Octopussy” que rodó en Chemnitz cuando todavía se llamaba Ciudad Karl Marx.

Autor: Sven Näbrich

Editor: Rosa Macías Reyes