Casa de la Mujer de Huamachuco
Liderada por Aída Moreno, la Casa de la Mujer, ubicada en una de las comunas más necesitadas de Santiago de Chile, es una obra que ha permitido a generaciones de mujeres luchar contra la pobreza.
Aída Moreno: líder emprendedora
Con la Casa de la Mujer de Huamachuco, su fundadora y presidenta, Aída Moreno, abrió un espacio inédito para las mujeres en uno de los barrios más pobres de Santiago de Chile. La capacitación y la formación han sido el camino para luchar contra la pobreza, la discriminación y la violencia en el hogar.
Mujeres organizadas
En sus orígenes, Aída Moreno y otras mujeres pobladoras buscaban un espacio de encuentro para compartir sus preocupaciones, ante la cesantía de sus maridos en plena dictadura militar. La posibilidad de organizarse y aprender un oficio les dio oportunidades insospechadas de desarrollo.
Una casa para crecer
En 26 años de historia, la Casa de la Mujer ha acogido a miles de mujeres y familias en la comuna de Renca, en Santiago, dándoles herramientas para salir de la pobreza. Partió al alero de la iglesia católica y, gracias a donaciones y autofinanciamiento, fue creciendo hasta convertirse en el gran centro comunitario que es hoy.
Amigos desde Alemania
La visión y los proyectos de Aída Moreno han conquistado apoyos más allá de sus fronteras. Una larga amistad la une con un grupo de la iglesia evangélica cerca de Hannover, el que aportó financiamiento para la construcción de la Casa de la Mujer. En la foto, Ruth Scholz (al centro junto a Aída) de visita en Huamachuco.
Taller de artesanas
Uno de los primeros talleres de la casa y quizás el más emblemático fue el de arpilleras: cuadros de tela con aplicaciones cosidas. Estas coloridas creaciones les proporcionaron los primeros ingresos y fueron también una forma de expresión en tiempos de dictadura.
Arpilleras: arte y testimonio
El delicado trabajo manual de las artesanas de la Casa de la Mujer de Huamachuco es un registro de la vida cotidiana, el mundo del trabajo, la realidad familiar y también los conflictos sociales, como este trabajo que retrata las detenciones en dictadura. Por su valor estético y testimonial, las arpilleras han sido expuestas museos.
Oficios para las dueñas de casa
Antes de inscribirse en los cursos, la mayoría sólo se había ocupado de las labores del hogar. Aquí encuentran variadas opciones, como computación o repostería, que les permiten descubrir sus capacidades, reforzar su autoestima y aprender un oficio con el que aportar económicamente en la familia.
Guardería: aliada de la madre trabajadora
Uno de los proyectos estrella de la Casa de la Mujer es la guardería infantil, indispensable para que las madres puedan ir a trabajar, a veces a lugares muy distantes de su casa. A diferencia de los jardines infantiles comunes, funciona en un horario más amplio, desde temprano en la mañana y con un turno en la tarde para los escolares.
De la capacitación al emprendimiento
Tras la capacitación, la Casa apoya a las mujeres con talleres y convenios para emprendimientos. Uno de los sueños de Aída Moreno es crear una empresa de repostería de las alumnas graduadas en esta área, cuyas preparaciones de dulces, pasteles y tortas están altamente calificadas.
Casa premiada
Uno de los tantos premios recibidos por la Casa de la Mujer de Huamachuco es el Sello Bicentenario 2007, que le entregó la presidenta Michelle Bachelet por su aporte a la construcción del país.