Carla Bruni, la voz sensual del verano francés
11 de julio de 2008“Este viernes apareció su nuevo álbum. Luego, el lunes 14 de julio, día de la fiesta nacional de Francia, Carla Bruni presenciará la parada en los Campos Elíseos. En ambas ocasiones, las noticias abrirán con ella. La única diferencia será que el lunes un pequeño hombre se verá a su lado”. Así de lapidario es el comentario de un articulista del periódico muniqués Süddeutsche Zeitung, con motivo de la salida a la venta del disco de la primera dama francesa, que a nadie ha dejado indiferente.
“Como si nada”
“Comme si de rien n’etaitt”, como si nada, tituló Carla Bruni su álbum, como si realmente nada hubiera pasado. Pero han ocurrido muchas cosas desde ese primer disco, “Quelqu’un m’a dit," del que se han vendido cerca de 1.200.000 copias. La principal es que los reflectores no se vuelcan sobre una ex modelo convertida en cantante, sino en nada menos que la mujer del presidente francés, Nicolás Sarkozy. Y diferenciar las cosas no siempre resulta fácil, pese a las habilidades mediáticas de la rutilante y camaléonica estrella, que logra sin aparente esfuerzo pasar de un papel a otro con toda naturalidad.
Desde ya, las críticas a su disco, que incluye 14 temas, llevan a todas luces un sesgo ajeno a la música, dependiendo del color político del cristal con que la mire cada medio de prensa. Y, aunque le moleste a Carla Bruni, eso no es de extrañar cuando el propio asesor de comunicaciones de Sarkozy, Pierre Charon, se ocupó de la comercialización de la obra. Algunas líneas de los textos en cuestión se filtraron anticipadamente justo al periódico Le Figaro, cercano al gobierno. Y nadie se sorprendió, en consecuencia, de que ese diario calificara el álbum de “obra perfecta”, derrochando alabanzas a “la madurez de los textos y la interpretación”. Menos halagüeños han sido otros veredictos, como el de Le Nouvel Observateur, que consideró el disco más bien “aburrido”.
El peso del Elíseo
De poco interés musical o bien digno exponente de la canción francesa, lo cierto es que el disco ya acapara la atención general, también en internet, donde se lo presentó con anticipación, dando a la gente la posibilidad de escuchar las canciones en forma gratuita, aunque sin permiso para descargarlas. Quien quiera tener siempre al oído la voz sugerente, sexi, raspada y susurrada, de Carla Bruni, tendrá pues que comprar el CD.
Pero más allá de la calidad artística, lo que enciende la discusión más allá de las fronteras francesas son las letras de las canciones, medidas con la vara del Palacio del Elíseo. La sola alusión a la cocaína, en un verso donde le dice a su mano que es más peligroso que la droga colombiana, bastó para provocar lamentos y quejas en Bogotá. Es que una primera dama no es una cantautora cualquiera, que pueda sacarse del alma cualquier canción “como si nada”