Cada día menos goles
29 de junio de 2006
Meter "el esférico" en lo rectangular, como dicen los alemanes, es el objetivo de toda táctica, de toda carrera, de todo esfuerzo. Sin embargo, en Alemania 2006 el esférico se resiste a encajarse en lo rectangular. Con 56 partidos jugados y un total de 132 goles, la parca media es de 2,36 tantos por enfrentamiento. Ni siquiera tres goles por encuentro, a materializar entre dos equipos y 22 jugadores, contando con que el portero también podría hacer sus pinitos.
En estas estadísticas, la FIFA no incluye los tantos logrados de penalti. Lo cual tiene su lógica: lo que se cuenta es la estrategia y el valor futbolístico de la jugada y no la sanción de faltas o el recurso al último medio ante un partido que no quiere decidirse. El público vino a ver goles. Y a las estrellas de los equipos les resta poco tiempo para demostrar todo el arte que llevan en los pies.
¡Goooooooooool!
Lahm sube por la banda. Se adentra en el campo del contrario. Dribla a un defensa. Dribla a otro defensa. Se la pasa a Schweinsteiger. Éste gira sobre sí mismo. Le deja el balón a Podolski. Y… ¡gooooooooooool! Así de emocionante tiene que ser un partido de fútbol, las más veces posibles.
En este Mundial, sólo Argentina y Brasil protagonizaron goleadas contundentes: seis tantos contra Serbia y Montenegro de los albicelestes, otra media docena contra Japón de los cariocas. También Alemania, España y Ucrania solventaron partidos con resultados abultados: en cuatro ocasiones y en un solo encuentro el esférico acabó en el fondo de la red. Pero aquí acaba el cómputo generoso en goles. Los marcadores mezquinos que roban pizcas de diversión dominan el panorama.
Así no…
Si las estadísticas llegaran a remontarse, no será desde luego gracias a la ayuda de Suiza: el combinado rojo y blanco tiene el honor de ser el único equipo en la historia de los Mundiales de Fútbol que no ha logrado meter ni un gol…. ¡en la ronda de penaltis!
Durante 120 minutos los espectadores tuvieron que soportar, repito, soportar, un tedioso 0-0 y, ni siquiera solos ante el portero, los jugadores suizos fueron capaces de hacer un mísero gol. ¿Así cómo vamos a levantar las cifras?
Esos sí que eran tiempos
Sólo a modo de comparación: en el Mundial de 1954 la media de tantos por partido fue de 5,38. El vicecampeón, Hungría, metió a lo largo del torneo un total de 27 goles y los campeones, la selección alemana, 18.
El encuentro con más tantos que jamás se haya dado en una Copa del Mundo también se vivió en ese mismo año mágico. Tras 23 minutos de partido, la Suiza que hoy contra Ucrania no marca ni por despiste, llevaba tres goles a su favor. 12 minutos más tarde, su contrincante de entonces, Austria, había remontado el resultado y ganaba por 5-3. Finalmente, el encuentro se solventó con un 7-5. ¿Se imaginan semejante espectáculo?
El porqué de la escasez
Siete tantos a cinco es hoy un resultado prácticamente inconcebible. La razón, según los estudiosos del fútbol, radica por una parte en la solidez de las defensas. "Prácticamente, en este Mundial no he visto un solo defensa que no juegue al máximo nivel", dice Gunnar Gerisch, de la Escuela Superior de Deportes de Colonia.
Además, tácticamente los equipos son cada vez mejores. También los que provienen de regiones sin mucha tradición futbolística o con pocas estrellas. Combinados a los que es muy difícil marcarles un gol, pero que al mismo tiempo no cuentan con la calidad suficiente para poner en aprietos a la portería contraria.
"De nuevo se demuestra que no basta con que el colectivo sea fuerte. Se necesitan jugadores que destaquen y que, con acciones individuales, sean capaces de decidir un encuentro. Jugadores como Miroslav Klose", opina Gerisch.