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Bonn, un sueño de primavera japonesa

Kim-Aileen Sterzel
6 de abril de 2022

Tras las restricciones forzadas por la pandemia, los habitantes y visitantes de Bonn vuelven a disfrutar de la temporada de los cerezos en flor, con algo de lluvia.

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También los perros disfrutan el paseo por la calle de los cerezos de BonnImagen: Momammad Karim Saleh/DW

Los objetivos de los fotógrafos aficionados y las miradas de los paseantes ya se dirigen expectantes hacia las densas copas de los cerezos en floren la calle Heerstrasse de Bonn.

Con las primeras flores abiertas este año, los primeros turistas vuelven a pasear por esa calle del casco antiguo. Durante dos años, la pandemia impidió disfrutar el espectáculo.

De "Sakura" a "Hanami"

Las mismas flores, otro lugar: Los árboles que crecen en Bonn son los cerezos japoneses llamados "Sakura". Por un costado, se pueden admirar los cerezos japoneses con flores de color rosa claro (Prunus Serrulata Amanogawa), y por el otro, las cerezas de clavo japonesas de color rosa intenso (Prunus Serrulata Kanzan).

La flor del cerezoes un importante símbolo de la cultura japonesa y representa, entre otras cosas, la belleza y los nuevos comienzos. Marca el punto culminante del calendario japonés y el comienzo de la primavera. No es solo en sentido figurado que Japón florece en esta época: los primeros árboles despliegan su esplendor desde mediados hasta finales de marzo en la isla de Kyūshū.

A principios de mayo, los heraldos rosas y blancos de la primavera se dirigen al noreste de Japón, a Hokkaidō. Casi la mitad de los árboles de hoja caduca de las ciudades japonesas son cerezos. No es de extrañar que la principal temporada de vacaciones y viajes en Japón coincida exactamente con la época de los cerezos en flor. Pero el "sakura" ofrece solo un placer efímero: los árboles florecen solo durante unos diez días. 

Sin embargo, durante esta época se respira un ambiente festivo en los parques de Japón, o en cualquier otro lugar, como en la antigua capital de Alemania, y en donde se encuentren las flores rosas y blancas. Después del trabajo, los japoneses se reúnen con amigos, colegas y familiares bajo la protección de los cerezos en flor. Los japoneses suelen celebrar la fiesta del "Hanami" con un picnic.

¿De dónde viene la fascinación por los cerezos en Bonn?

El mar primaveral de flores es ahora la marca del "barrio de los cerezos en flor" de Bonn: el fenómeno natural se remonta a una remodelación del distrito a finales de los años ochenta. El casco antiguo era un barrio de artesanos con fachadas grises y mucho tráfico de paso. Para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, se renovaron las fachadas históricas de los edificios residenciales, se crearon zonas libres de tráfico y se reverdecieron las calles y los patios. Los cerezos en flor fueron concebidos originalmente como un simple acento de color en el concepto de reurbanización.

En los últimos diez años, los blogueros han enviado a todo el mundo sus instantáneas de color rosa desde Bonn bajo el hashtag #cherryblossom junto a las fotos del cerezo japonés en flor. El cerezo en flor de Bonn adquirió definitivamente fama internacional en 2012 al figurar en la lista de la página "Lugares que hay que ver antes de morir" de Facebook. Otros lugares de esplendor de los cerezos en flor en Alemania están en la frontera con Francia, Leipzig, Hamburgo y Hannover, entre otros. 

Los cerezos de Bonn envejecen y mueren: actualmente hay once huecos en las hileras de avenidas de flores que deberían estar ocupados por cerezos ornamentales. La vida útil aproximada de los árboles de flor japoneses es de 30 años. La ciudad de Bonn tiene previsto replantar los cerezos que actualmente faltan para la temporada de plantación 2022/2023.

Este año ya no hay obligación oficial de llevar tapabocas. Sin embargo, la ciudad de Bonn recomienda que todos los visitantes usen mascarilla si no se puede mantener la distancia mínima. Pero a los habitantes del casco antiguo no les molesta: "Ahora hay que seguir adelante", dicen, nostálgicos de esa realidad color de rosa que se puede disfrutar durante al menos diez días, aunque llueva.

(jov/ers)