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Bombardeos en Alepo y rumores de deserción de vicepresidente sirio

18 de agosto de 2012

Los combates continúan sin pausa en Alepo y hay rumores de que ha desertado el vicepresidente, Faruk al Sharaa, desmentidos por el gobierno.

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Imagen: Reuters

Las tropas del régimen de Bashar al Assad bombardearon durante la noche del viernes varios barrios de la ciudad de Alepo, en el norte de Siria y donde se combate con crudeza desde hace semanas, pese al nombramiento del argelino Lakhdar Brahimi como nuevo mediador internacional para Siria.

En el ataque contra el distrito de Bustan al Kasr murió un comandante rebelde local, informó desde Londres el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. También fue bombardeada la localidad de Asas, a las afueras de Alepo. Allí habían muerto ya el miércoles al menos 60 civiles al caer dos proyectiles. Entre ellos había mujeres y niños. Mientras tanto, la oficina del vicepresidente sirio, Faruk al Sharaa, negó hoy en un comunicado que éste se haya pasado a la oposición.

Alepo, asolada por combates.
Alepo, asolada por combates.Imagen: Reuters

Información oficial desmiente deserción de Al Sharaa

Al Sharaa "nunca ha pensado en abandonar su país", dice la declaración transmitida por la agencia estatal SANA. "Desde el comienzo de la crisis, ha trabajado con todos los partidos para parar el derramamiento de sangre e iniciar un proceso político en el marco de un amplio diálogo para lograr la reconciliación y la independencia nacional, lejos de toda intervención militar extranjera", añade el texto. Fuentes del opositor Ejército Libre de Siria señalaron hoy a la emisora árabe Al Arabiya que Al Sharaa desertó y huyó a Jordania, aunque aún no tienen confirmación de que se encuentre allí.

Las informaciones se producen dos días después de que se anunciara la deserción de su primo, el coronel Yareb al Sharaa, y tras la huida asimismo del primer ministro sirio, dos miembros del gabinete de Al Assad y varios diplomáticos, con lo que el presidente se queda cada vez más solo. Al Sharaa, de 73 años, es vicepresidente desde 2006, tras servir como ministro del Exterior durante más de dos décadas. Desde el comienzo de la revuelta ha mantenido un perfil bajo, lo que hizo circular varias veces rumores sobre su muerte. La ola de deserciones está considerada un giro fundamental en el conflicto que comenzó con protestas pacíficas contra Al Assad en marzo de 2011.

Lakhdar Brahimi, nuevo enviado de la ONU a Siria.
Lakhdar Brahimi, nuevo enviado de la ONU a Siria.Imagen: picture-alliance/dpa

Unión Europea exige “apoyo fuerte y unido” para Brahimi

La representante de política Exterior de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, exigió entretanto para Brahimi un "apoyo fuerte y unido" del Consejo de Seguridad de la ONU. "El apoyo ilimitado del Consejo de Seguridad de la ONU y el acuerdo de todas las partes de dar una nueva oportunidad a la diplomacia" es la condición indispensable para que su misión tenga éxito, consideró.

La ONU nombró al argelino de 78 años como sucesor de Kofi Annan, quien renunció al puesto decepcionado por la falta de acuerdo entre las potencias mundiales sobre el conflicto sirio. Rusia y China han rechazado hasta ahora todos los intentos por aplicar sanciones más duras a Damasco. Por su parte, Rusia manifestó en una declaración de hoy su intención de colaborar con Brahimi, pero subrayó que su misión sólo tendrá éxito si logra un alto el fuego. La responsabilidad de que acaben los enfrentamientos es de las potencias extranjeras, afirmó el ministro del Exterior, Serguei Lavrov al canal Sky News Arabia. El ministro exigió más presión internacional sobre la oposición. Además, Lavrov anunció que Rusia no firmará nuevos contratos de venta de armas a Siria. "Hemos dicho muchas veces que estamos cumpliendo con contratos anteriores. No cerraremos nuevos por ahora", aseguró. Occidente acusa a Rusia de estar apoyando a Al Assad con armas. Lavrov rechazó la aplicación de una zona de exclusión aérea, tal como piden los rebeldes, alegando que sería "una violación de la Carta de Naciones Unidas".

Fuente: dpa

Editora: Cristina Papaleo