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Bombardeo de protones contra el cáncer

29 de julio de 2011

El cáncer podría convertirse pronto en la primera causa de muerte en Alemania. Para evitarlo, investigadores bombardean tumores cancerígenos con partículas. Aún no hay estudios clínicos, pero los médicos son optimistas.

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Reproducción tridimensional de un tumor cancerígeno.Imagen: HIT

"El cáncer es para mí como aquel pariente que uno detesta", explica Gisela * mientras observa con ojos despiertos a través de sus redondas gafas rojas. Hace cinco años, los médicos le diagnosticaron un tumor en un ovario. La enfermedad la acompaña desde entonces. Su cabello apenas empieza a crecer de nuevo lentamente por debajo de su gorra blanca de punto. El cáncer convive con ella, pero "cuando hace de las suyas, entonces acudo a los médicos, quienes echan mano de su arsenal para mantenerlo a raya".

Una esfera de nueve metros de diámetro

Sesiones de quimioterapia, de radioterapia y operaciones: ésas eran, hasta ahora, las armas habituales de los médicos alemanes contra el cáncer. Pero en Múnich y Heidelberg cuentan ahora con un nuevo método, por el que el paciente recibe un bombardeo de iones de carbono o protones de hidrógeno, es decir, partículas con carga positiva.

Flash-Galerie Krebstherapie Heidelberg
El coste de las instalaciones, uno de los grandes obstáculos que salvar.Imagen: DW/N. Martin

El tratamiento se lleva a cabo en una habitación blanca de aire futurista que se asemeja al interior de una turbina. Por encima de la cama sobre la que yace el paciente, un brazo giratorio en forma de cono de casi cinco metros de longitud emite las radiaciones. "Podemos hacer que el aparato realice una vuelta completa para permitir que irradie al paciente desde toda dirección", explica Gerd Datzmann, físico del Centro de Terapia de Protones Rinecker, en Múnich.

El tratamiento del paciente tiene lugar en el interior del denominado Gantry, una esfera magnética de 150 toneladas de peso y nueve metros de diámetro. Una vez que los protones han sido acelerados en el acelerador de partículas hasta alcanzar una velocidad de 650 millones de kilómetros por hora, el imán gigante del Gantry concentra dichas partículas. De esta manera, pueden ser disparadas con una precisión milimétrica sobre el tumor del paciente.

Krebstherapie Heidelberg
Thomas Haberer, del Centro de Terapia con Iones de Heidelberg.Imagen: DW/N. Martin

Menos daños en los tejidos sanos

Una vez que irrumpen en el cuerpo, las párticulas pierden velocidad hasta detenerse en el lugar del tumor. Sólo entonces liberan la mayor parte de su energía y consiguen -en el mejor de los casos- destruir el tumor. Hans Rinecker, fundador del Centro de Terapia de Protones de Múnich opina que la exactitud del chorro de partículas constituye la principal ventaja de este tratamiento con respecto a la radioterapia convencional, "porque, sencillamente, la distribución de la dosis con la radioterapia no es la más adecuada para irradiar a determinados tumores, sin que provoca numerosos daños en tejidos sanos. Con el tratamiento de protones, el tejido sano situado delante y detrás del tumor está expuesto a una menor radiación".

Cuando la metástasis apareció en el hígado de Gisela tras cinco operaciones con sus correspondientes sesiones de quimioterapia, los tratamientos convencionales ya no podían ayudarla. "Ya no había ningún método más. Tampoco la quimioterapia lo habría conseguido", explica. El nuevo tratamiento con protones era su última esperanza. Entre 15.000 y 20.000 pacientes podrían beneficiarse cada año de este nuevo método, explica Thomas Haberer, director técnico-científico del Centro de Terapia con Iones de Heidelberg (HIT). "Su uso resulta siempre interesante allí donde hay un tejido cercano que proteger, por ejemplo en el trono encefálico, cuando el nervio óptico se encuentra cerca".

200 millones de euros para un centro de tratamiento

La ventaja física del haz de iones o de protones es algo que los científicos demostraron hace ya tiempo. Aún es demasiado temprano, sin embargo, para extraer conclusiones respecto a los efectos biológicos a largo plazo. Los primeros estudios clínicos no llegarán antes de cinco años. Un óbstaculo adicional para que su empleo pueda extenderse tiene que ver con su enorme coste: entre 100 y 200 millones de euros por cada centro de tratamiento.

Krebstherapie Heidelberg
El Gantry, en Heidelberg, pesa 650 toneladas.Imagen: DW/N. Martin

"Se trata de grandes inversiones, pero con entre seis y ocho instalaciones podríamos aplicar el tratamiento de forma amplia en aquellos pacientes para los que de verdad suponga un provecho", explica Haberer. Como Gisela, a quien el tratamiento ha servido de ayuda. De momento: "la metástasis en el hígado ha desaparecido, pero mi historial clínico hace pensar a los médicos que, probablemente, el cáncer será crónico en mi caso".

* Nombre cambiado por la redacción

Autor: Nicolas Martin
Redacción: Emili Vinagre / Pablo Kummetz