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Blair por un tercer mandato

CHP1 de octubre de 2003

El primer ministro británico, Tony Blair, sostuvo ante el congreso laborista un discurso apasionado y brillante en el que pidió el apoyo de su partido para conseguir un tercer mandato en el Gobierno de Gran Bretaña.

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El primer ministro británico, Tony Blair, quiere un tercer mandato.Imagen: AP

'Sé que muchos opinan que cometimos un error en Irak, pero volvería a irme a la guerra de ser necesario' dijo un Tony Blair combativo. El primer ministro británico fue recibido por los delegados de su partido con un minuto y medio de aplausos, que hicieron olvidar por un momento que el país y también el Partido Laborista registró una escisión a raíz de la guerra de Irak.

Siempre ameno y con la gran sonrisa que le caracteriza Blair inició su discurso con una broma: 'Estos son tiempos difíciles y ahora me veo tan viejo como realmente soy', a la vez que aprovechó para indicar que es él el primer ministro del partido laborista en toda la historia británica que permanece en su puesto después de seis años y medio.

Juntos con EE.UU.

El discurso de Blair duró menos de una hora y no defraudó ni un minuto. Blair se mostró absolutamente dispuesto a no dar un paso atrás en el programa de reformas que lo ha mantenido en el poder desde 1997. Haciendo gala de su natural ingenio dijo que existe la opción de ir hacia adelante o hacia atrás, pero él sólo puedo ir en un sentido porque le falta la marcha atrás. Ningún otro Gobierno laborista ha tenido la perspectiva de un tercer mandato y Blair pidió el apoyo de su partido.

En lo que respecta al capítulo de la guerra en Irak, Blair indicó que no dudaría en tomar la misma decisión otra vez. Pidió apoyo a los delegados de su partido y recalcó la importancia de que Estados Unidos y Europa trabajen juntos en lograr la paz en Irak.

En favor del euro

El jefe del Gobierno británico declaró con énfasis que sería una locura para el Reino Unido renunciar a la opción de adoptar la moneda única.

En definitiva el primer ministro pidió la confianza de su partido argumentando que el pueblo británico sabrá perdonar los errores del Gobierno pero no perdonaría la cobardía de no enfrentarse a los desafíos de la vida. Los aplausos de los delegados laboristas a su líder dan la impresión de que Blair sigue contando con el apoyo de su partido.