1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Benedicto XVI en Turquía: una visita histórica

Eva Usi28 de noviembre de 2006

El papa Benedicto XVI comenzó una histórica visita de cuatro días en Turquía. Ha sido un viaje difícil, precedido de tensiones entre cristianos y musulmanes, y marcado por una fría recepción política.

https://p.dw.com/p/9Rdu
El papa Benedicto XVI a su llegada a Estambul.Imagen: AP

El Papa llegó en un avión de Alitalia que ondeaba una bandera turca al lado de la vaticana. Apenas quince minutos duró su encuentro con el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, una cita en el aeropuerto acordada al último minuto, antes de que Erdogan tomara un avión a Riga para tomar parte en la cumbre de la OTAN. La prensa turca anunciaba una larga e histórica semana, equiparable a los tiempos cuando el sultán Mehmet entró a Constantinopla al frente de su ejército.

Benedicto XVI es el tercer Papa que visita Turquía, después de Pablo VI en 1967 y Juan Pablo II, en 1979 y el que más dificultades encuentra a su llegada. Juan Pablo II era apreciado por sus obras. Impulsó el diálogo entre musulmanes y cristianos, convocó servicios ecuménicos por la paz en Asís y dejó en claro que a las cruzadas contra los 'incrédulos' no podía llamárseles cristianas. El Papa polaco perdonó al turco Ali Agca, que atentó contra su vida en la Plaza de San Pedro.

Distanciamiento crítico

Papst Benedikt XVI in der Türkei mit Recep Tayyip Erdogan Atatürk
El máximo representante de la Iglesia Católica saluda al primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan.Imagen: AP

En cambio siendo todavía cardenal, Joseph Ratzinger se opuso al ingreso de Turquía en la Unión Europea y una vez electo Papa, en vez de seguir los pasos de su predecesor dio un giro a las relaciones con el Islam. En vez de acercamiento, se pronunció por distanciamiento crítico. En un controvertido discurso en la Universidad de Ratisbona, Benedicto XVI citó a un emperador bizantino que ante un erudito persa dijo: "Muéstrame qué de nuevo ha traído Mahoma, sólo encontrarás maldad y crueldad en la fe que predica y divulga con la espada".

Un discurso que tenía por objeto destacar la relación entre la fé y la razón y no la diferencia entre cristianismo e Islam. El mundo musulmán reaccionó con ira y agresión a sus palabras. Desde entonces, Benedicto XVI se ha esforzado por tener gestos de acercamiento. El domingo envió saludos al "querido pueblo turco" y el Vaticano anunció que el pontífice visitará la Mezquita Azul en Estambul. Esto pretende quitar hierro al punto más conflictivo de su periplo, su visita a Santa Sofía, antaño la mayor iglesia del Cristianismo, convertida después en mezquita y ahora museo. Desde hace semanas los diarios locales especulan si el pontífice se atreverá a orar en el recinto. Tan sólo su ingreso es rechazado con virulencia por los sectores islamistas más radicales, que reclaman junto con manifestantes que Santa Sofía vuelva a ser una mezquita.

Anti-Papst Demonstration in der Türkei
Manifestaciones han precedido la visita papal.Imagen: AP

Fortalecer el cristianismo

La fría recepción de la clase política se debe a la impresión de que el viaje papal no tiene como objetivo el pueblo turco, sino el patriarca Bartolomeo. Así lo dijo el mismo Benedicto XVI. "Mi inminente visita a su Santidad Bartolomeo I y al Patriarcado Ecuménico será un nuevo signo de aprecio por las Iglesias ortodoxas y servirá como estímulo para apresurar el paso hacia el restablecimiento de la plena comunión". El viaje no tiene significado político, se ha apresurado a aclarar el Vaticano. Los cristianos en Turquía son una relegada minoría, las Iglesias cristianas están en situación de desventaja, lo que no promueve el ingreso del país a la Unión Europea.

El viaje papal tiene como objetivo dar pasos de acercamiento con la Iglesia Oriental separada de Occidente tras el Gran Cisma de 1054. La Iglesia tiene su sede en Estambul, la antigua Constantinopla y desde hace 15 años es dirigida por el patriarca Bartolomeo I. El acercamiento a la Iglesia Oriental es parte de un plan general del Vaticano para fortalecer el cristianismo en el futuro. Así lo formuló el cardenal Walter Kasper, antiguo Obispo de Stuttgart, "Se trata de fortalecer el cristianismo, amenazado por la secularización y por el Islam". El responsable en el Vaticano para lo Ecuménico advierte que la integración del Este y Oeste de Europa será posible sólo si se incluye a las Iglesias ortodoxas".