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Aumenta la presión internacional sobre Rusia por Ucrania

Teri Schultz
9 de diciembre de 2021

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió al Kremlin que se mantenga alejado de Ucrania. En el contexto de los acontecimientos actuales, Estados Unidos y Europa han coordinado sus tácticas de presión.

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Cumbre virtual del presidente estadounidense Biden y el jefe de Estado ruso Putin.
Cumbre virtual del presidente estadounidense Biden y el jefe de Estado ruso Putin.Imagen: Adam Schultz/White House/Planet Pix via ZUMA Press Wire/dpa/picture alliance

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, no se anduvo con rodeos antes de la reunión virtual en la que el presidente Joe Biden transmitió a su homólogo ruso, Vladimir Putin, las duras sanciones económicas que acompañarían a cualquier nueva invasión de Ucrania. "Tenemos un camino a seguir que impondría un daño significativo y severo a la economía rusa", dijo Psaki. "Pueden llamarlo una amenaza, pueden llamarlo un hecho, pueden llamarlo una preparación, como quieran llamarlo".

Muchos observadores se muestran dispuestos a calificarlo de amenaza y sugieren que Moscú también lo tome así, en gran parte, debido a un grado de unidad sin precedentes entre Estados Unidos y sus aliados europeos.

Biden habló con sus homólogos del Reino Unido, Francia, Alemania e Italia, justo antes de la llamada de Putin y de nuevo justo después. En las horas previas a la reunión, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tuiteó que la UE intensificaría su respuesta a "cualquier otra agresión, incluidas las violaciones del derecho internacional o cualquier otra acción maliciosa contra nosotros o nuestros vecinos, incluida Ucrania".

Un conjunto de amenazas

En un cambio de postura, que ha llegado de forma gradual pero inequívoca desde Berlín, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, pudo anunciar que el controvertido gasoducto Nord Stream 2 también está sobre la mesa. "Si Vladimir Putin quiere que el gas fluya a través de ese gasoducto", dijo Sullivan, "puede que no quiera correr el riesgo de invadir Ucrania".

David Stulik, antiguo diplomático de la Unión Europea en Ucrania, describe la inclusión explícita de Nord Steam 2 en el conjunto de amenazas transatlánticas como un factor determinante.

El proyecto, que llevaría gas de Rusia a Alemania por debajo del Mar Báltico y evitaría pasar por Ucrania, está prácticamente finalizado, pero su certificación fue retenida el mes pasado por el regulador energético alemán, hasta que la empresa traslade sus activos de Suiza a Alemania. Y ahora sus problemas geopolíticos vuelven a estar en primer plano, y son potencialmente paralizantes.

"Esto es una derrota para los rusos, porque realmente contaban con que iban a poder suministrar gas a través de Nord Stream 2 ya este invierno, dijo Stulik, que ahora trabaja en el Centro de Valores Europeos para la Política de Seguridad, con sede en Praga. "Y, en su lugar, se verán obligados a utilizar el sistema de transporte de gas ucraniano", añadió.

Ucrania y la cuestión de la OTAN

El expresidente de Estonia, Toomas Ilves, dice que probablemente Rusia no preveía "este grado de compromiso común entre los aliados", pero afirma que lo que se ha anunciado no es suficiente.

Ilves, ahora miembro del Centro de Análisis de Políticas Europeas (CEPA), lleva tiempo abogando por una reacción más contundente contra la acumulación de tropas de Rusia, aunque los movimientos hasta ahora no estén al nivel de la anexión ilegal de Crimea en 2014.

"Está claro que Estados Unidos no destinará tropas a Ucrania", dice a DW. "No hay consenso para eso, pero no hay nada que impida a Estados Unidos o a los aliados de la OTAN todo tipo de ayuda militar".

"Lo que Rusia está haciendo ahora mismo ya ha creado grandes grietas en la arquitectura de seguridad de Europa posterior a la Segunda Guerra Mundial", agrega. Y critica con dureza: "Lo que se ha hecho desde 2014 no hace más que alentarlas y surge de la cobardía transatlántica, del miedo a defender los valores que escuchamos constantemente de líderes que carecen de valor para defenderlos".

¿Una conversación cautelosa?

La cuestión abierta del ingreso de Ucrania en la OTAN sigue siendo una espina clavada en el costado de Putin. Cualquier resolución de la crisis dependerá de su exigencia de enterrar la cuestión de una vez por todas. Pero eso es imposible para la alianza. Sin embargo, Olga Oliker, del International Crisis Group, cree que puede haber una opción que todas las partes puedan aceptar. Putin concluye ahora, dice, que el ingreso de Kiev en la OTAN es "muy improbable" y está más preocupado por el crecimiento de la infraestructura militar y las misiones de entrenamiento en Ucrania.

"Aquí es donde podríamos empezar a tener una conversación", dice a DW. "Si les preocupa la infraestructura permanente: nadie va a poner infraestructura permanente en Ucrania. Así que se podría decir que no vamos a hacer eso, siempre que también se retire todo de Ucrania, siempre que haya paz en Ucrania. Nada de esto ocurre a menos que haya paz en Ucrania".

Oliker no está de acuerdo con los que llaman a eso ceder al acoso del Kremlin. "El actual orden de seguridad en Europa no es seguro, no es estable. El hecho de que una crisis te obligue a tener una conversación sobre cómo hacerlo mejor no significa que sea una forma fallida de avanzar".

(gg/rml)