"Apuesta por Alemania"
15 de noviembre de 2005
Sobre las futuras tareas el diario alemán Märkische Allgemeine de Potsdam escribe: "La firma del 'Acuerdo de Gran Coalición' no corrió peligro de ser rechazada por los tres partidos del próximo gobierno berlinés: SPD, CDU y CDU. Entre tanto la clase política había entendido que no podía exponerse más al ridículo.
El Acuerdo de Gran Coalición es una base para el nuevo Gobierno, ni más ni menos. Otras reformas tendrán que seguirle, pues las medidas tomadas no bastan para hacer generar un nuevo auge de la economía alemana en el interior y con éste una reducción del desempleo".
Poco de Merkel
El rotativo holandés De Volkskrant considera que "Angela Merkel demostró, de nuevo, una gran flexibilidad durante las negociaciones de su programa de gobierno. Una flexibilidad que limita con el oportunismo, sobre todo en los sectores sociales y económicos. Fue muy poco lo que quedó de las reformas anunciadas por Merkel en su campaña política que prometía reducir la carga tributaria, liberalizar el mercado laboral y aumentar la libertad empresarial. De todo esto tiene muy poco el programa de coalición".
No seduce, pero convence
Por su último, el rotativo español La Voz de Galicia concluye: " El 'contrato' suscrito entre democristianos y socialdemócratas no seduce plenamente a nadie, pero convence a casi todos de que es la mejor solución, a la vista de los resultados electorales y de la mala situación por la que atraviesa Alemania. El programa conjunto no incluye grandes novedades, pero sí se manifiesta como el resultado de un proceso en el que cada cual ha cedido en lo que puede culpar más fácilmente a su rival y socio.
Así, los democristianos han admitido el aumento de los impuestos para ajustar las cuentas públicas, aunque ello haya irritado profundamente a los empresarios, y han renunciado, de momento, a romper la rigidez de la contratación colectiva.
Por su parte, los socialdemócratas han aceptado la flexibilización de los despidos para los nuevos empleos (el período de prueba pasa de seis a veinticuatro meses) y la elevación paulatina de la edad de jubilación a partir del 2012 hasta quedar establecida en los 67 años en el 2035.
Pero Angela Merkel tiene razón en que no fue eso lo que votaron los alemanes. Por el contrario, exigieron cambios paulatinos y progresivos, sin experimentos ni sobresaltos. Y ésta es la apuesta que recoge el 'contrato' de Gobierno ahora suscrito".