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¿Qué significa la elección regional de Baviera para Merkel?

Jefferson Chase
18 de septiembre de 2018

Los conservadores bávaros se enfrentan a una derrota histórica en las elecciones regionales. No obstante, a corto plazo, un resultado negativo podría beneficiar a la conservadora Angela Merkel. DW explica por qué.

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Deutschland Wahlkampf 2017 CDU & CSU in Bayern | Horst Seehofer & Angela Merkel
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Hoppe

Faltando menos de cuatro semanas para las elecciones regionales del 14 de octubre, el partido conservador de Baviera, la Unión Social Cristiana (CSU), está tambaleándose. Desde julio, la CSU, que está acostumbrada a acumular mayorías absolutas, ha caído por debajo del 40 por ciento en las encuestas de opinión pública.

Como es el caso en otras partes del país, el ascenso del partido populista de extrema derecha Alternativa por Alemania (AfD) ha restado apoyo a los conservadores tradicionales. Y Baviera, el estado más grande de Alemania por área, no ha sido la excepción. Por este motivo, se podría llegar a concluir que el inminente desastre electoral en el sureño estado sería una mala noticia para la canciller conservadora Angela Merkel y su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), hermano nacional de la CSU bávara. No obstante, en muchos aspectos, no lo es.

Preocupado porque estaba siendo rebasado por la derecha por la AfD, la CSU se distanció de Merkel en cuestiones clave, incluida la política de acogida del canciller hacia los refugiados y los migrantes. De este modo, las elecciones bávaras probablemente se habrían visto como un referéndum sobre Merkel. Pero gracias a la estrategia de la CSU, la votación ahora también se enmarca como un referéndum sobre la reacción de los conservadores bávaros ante la AfD y Merkel, introduciendo, así, un escenario perverso donde la canciller se podría llegar a beneficiar de una derrota conservadora.

Söder (izquierda) y Seehofer (derecha) han criticado públicamente a Merkel, pero ahora están en la línea de fuego
Söder (izquierda) y Seehofer (derecha) han criticado públicamente a Merkel, pero ahora están en la línea de fuegoImagen: picture-alliance/dpa/P. Kneffel

El error anti Merkel

Ahora más que nunca, la autoridad de Merkel ha estado bajo ataque de su propio grupo parlamentario. Los políticos conservadores bávaros como el presidente de la CSU y ministro del Interior, Horst Seehofer, y el primer ministro del estado bávaro, Markus Söder, encabezaron el camino, criticando públicamente a Merkel por virar políticamente demasiado a la izquierda, especialmente en materia de migración.

Merkel no fue invitada a participar en la campaña de la CSU. De hecho, en junio, Söder bromeó diciendo que el único canciller en su discurso de campaña final sería un hombre, el canciller austriaco Sebastian Kurz. Luego, en julio, Seehofer, por su parte, insistió en el derecho de Baviera a deportar a los solicitantes de asilo rechazados, haciendo frente a la ley de la Unión Europea y la política del Gobierno. Eso precipitó una disputa que amenazaba con destruir la gran coalición de la CDU/CSU de Merkel y los socialdemócratas de centro izquierda.

Pero eso fue entonces, y esto es ahora. La decisión de Söder ha sido revocada: Merkel hablará en Baviera el 30 de septiembre por invitación expresa del presidente honorario de CSU y exministro de finanzas alemán, Theo Waigl.

Y Seehofer se vio obligado a bajar de tono en cuanto a las deportaciones, y ahora probablemente también tendrá que despedir de su puesto al crítico de Merkel Hans-Georg Maaßen, al frente de la agencia de inteligencia nacional de Alemania. Además, las semanas de conflicto con la canciller han tenido un efecto físico visible en el líder de la CSU; corren rumores de que está sufriendo de agotamiento, algo que Seehofer niega.

Ahora, tanto Seehofer como Söder podrían convertirse en bajas políticas si el rendimiento de la CSU no mejora sus resultados. La CSU no ha recibido menos del 40 por ciento de los votos desde la década de 1950. Hoy, las encuestas vaticinan que la CSU recibiría un 35 por ciento de los votos.

La CSU no podrá impulsar una agenda de derecha

Mientras tanto, aunque su autoridad se ha visto innegablemente disminuida, Merkel sigue siendo la reina de la política conservadora alemana. Y las elecciones regionales en Baviera parecen reforzar su línea de moderación en lugar de provocar una sacudida hacia la derecha.

No es ningún secreto que Merkel está abierta a alianzas con Los Verdes: una coalición con los Verdes y los Demócratas Libres (FDP) de centro derecha fue la primera opción política que buscó después de las elecciones nacionales de Alemania del año pasado.

La CSU podría enfrentar una perspectiva similar dentro de cuatro semanas. Si se observan las encuestas, la única opción para una coalición de dos partidos con una mayoría estable en Baviera sería una alianza llamada negri-verde entre la CSU y los ecologistas de izquierda, quienes se posicionan de segundos en las encuestas con un 17 por ciento.

No hay ninguna posibilidad de que la CSU pueda impulsar una agenda de línea dura junto con los Verdes, que han manifestado su voluntad de negociar con todas las partes principales, pero dentro de ciertos límites. "Nos encantaría hablar de una Baviera ecológica, cosmopolita y justa, pero no de políticas autoritarias y antieuropeas", dijo recientemente la copresidenta de los Verdes, Annalena Baerbock, al periódico Berliner Zeitung.

Todas las demás variantes implican coaliciones con múltiples partidos, lo que hace altamente improbable que la CSU pueda mover la política significativamente hacia la derecha.

El populista partido de derecha AfD ha erosionado el apoyo a la CSU en Baviera
El partido populista de derecha AfD ha erosionado el apoyo a la CSU en BavieraImagen: picture-alliance/dpa/A. Weigel

Problemas a largo plazo

Pero, si bien es posible que Merkel no tenga ninguna razón para ver la proximidad de las elecciones bávaras con inquietud, el equilibrio cambiante de poderes presenta al conservadurismo, a nivel nacional, algunos desafíos a largo plazo.

El dominio de la CSU en Baviera ha sido una parte integral del éxito del bloque CDU/CSU en las elecciones nacionales. A lo largo de la historia alemana de la posguerra, los bávaros han aportado ente un 20 y un 30 por ciento del voto conservador total. Pero el desempeño de la CSU ha disminuido rápidamente con el del bloque conservador en general.

Tiene que ser preocupante el hecho de que el más confiable de los dos partidos conservadores de Alemania haya sido igualmente susceptible al fenómeno de la AfD, que en las elecciones del próximo mes, con alrededor del 11 por ciento, se establecerá muy seguramente como actor en la política bávara. Sus votantes pueden haber venido de la CSU, pero es poco probable que regresen pronto. Y los conservadores también tienen que lidiar con los Votantes Libres (Freie Wähler Bayern), un grupo euroescéptico que quiere devolver el poder político a las autoridades locales y que se ubica bien en las encuestas con alrededor del 11 por ciento.

La fragmentación del centro político probablemente continuará, debilitando a la CSU, un pilar del conservadurismo a nivel nacional. Eso podría no ser un problema para Merkel, quien puede decidir no buscar un nuevo mandato. Pero sería un desafío para cualquier posible sucesor conservador.

Autor: Jefferson Chase (few/er)

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