Alemania, uno de los mayores proveedores de armas de Latinoamérica
11 de octubre de 2006No existe una verdadera restricción para el suministro de material bélico a países no pertenecientes a la UE o a la OTAN, señalan informes de exportaciones de armas entre el año 1999 y el 2004 presentados por el gobierno Federal.
Ventajas políticas y jurídicas facilitan la venta de armas, sobre todo a países en vías de desarrollo. En los últimos años, Alemania se ha convertido en uno de los mayores proveedores de armas de Latinoamérica.
¿Qué esta fallando?
El problema con las exportaciones de armas alemanas radica en que a pesar de existir una legislación restrictiva en la exportación de armas completas, no hay un control de las exportaciones de componentes armamentísticos y del material de doble uso.
Según los principios políticos de exportación de material bélico fijados en el año 2000, las exportaciones de armas a países no miembros de la Unión Europea o de la Organización del Tratado del Atlántico Norte están previstas sólo en casos excepcionales o en aras de intereses especiales de la política exterior y de seguridad alemanas.
Aparte de esto se señala que se impedirán las exportaciones de armas y equipos militares que pudiesen ser utilizados para la represión interna, agresión internacional o contribuir a la inestabilidad internacional.
Los informes de proliferación de armas desde el año 1999 hasta el 2004 revelan que los principios políticos alemanes de exportación de armas no se han cumplido cabalmente, pues las autorizaciones de solicitudes de suministros de material bélico no han sido contempladas sólo en casos particulares como lo exige la política restrictiva germana.
Además, en los informes de exportaciones no aparecen siempre todos los detalles de las transferencias; aspecto que va en contra de las disposiciones operativas del Código de Conducta de la Unión Europea.
Más armas para América Latina
El incremento de las exportaciones de armas alemanas a Latinoamérica ha sido significativo.
Entre 1999 y 2004 el monto de las exportaciones ascendió a 53 millones de euros.
En el tratado de coalición del 11 de noviembre del 2005 entre los partidos CDU (Unión Demócrata Cristiana), CSU (Unión Social Cristiana) y el SPD (Partido socialdemócrata) no se estipuló de forma especifica una política de exportación restrictiva, esto contribuye a que se reduzca el abismo entre la teoría y la práctica, pues dentro de la política de exportación de armas hasta ahora lo único "restrictivo" eran los informes.
Código de Conducta de la Unión Europea
La promulgación del Código de Conducta de la Unión Europea en el año 1998 supuso un avance en el sistema de control de exportaciones de armas y se ha convertido en el fundamento europeo de la política nacional de exportación de armas.
En el preámbulo del Código los países miembros de la UE se comprometieron a impedir la exportación de armas y equipos militares que pudiesen contribuir a la inestabilidad internacional.
La principal exigencia que hace el Código de Conducta a los Estados miembros es el previo estudio de las solicitudes de exportación de material militar, considerando sus criterios y disposiciones operativas.
El Código de Conducta proporciona las normativas mínimas para la proliferación de armas en Europa. Según algunos expertos, el problema del código subyace en la vaguedad de sus formulaciones, que conduce a algunas divergencias en sus interpretaciones.
La responsabilidad moral de los exportadores
Evidentemente la importancia de la capacidad militar en el sistema político internacional no terminó con el fin de la Guerra Fría. La mayoría de los gobiernos latinoamericanos afirman que las recientes adquisiciones de material bélico están destinadas a reemplazar material obsoleto.
Las repercusiones que el comercio de armas tiene sobre una región como Latinoamérica son evidentes: la adquisición de material militar agudiza y perpetúa la violencia en esta zona, además de contribuir a innumerables violaciones de los derechos humanos.
La exportación de tecnología militar podría producir en el futuro un peligroso desequilibrio en esta región, donde las relaciones políticas entre los gobiernos son actualmente relativamente buenas.
La falta de control de las exportaciones de material militar incentiva la carrera armamentista en estos países y profundiza la desproporción entre el gasto en armas y el dedicado a combatir el hambre y la pobreza.