Alegres vitivinicultores alemanes
31 de agosto de 2007
El cambio climático no es malo para todos: a los viticultores alemanes, por ejemplo, les ha venido de perlas. A juzgar por los pronósticos que el Instituto Alemán del Vino (DWI) publica esta semana, la vendimia empieza en 2007 dos semanas antes de lo acostumbrado. Las altas temperaturas y la sequedad que sufrió Alemania en mayo y el horrible verano lluvioso y con varios grados centígrados por sobre el promedio, le vinieron fenomenal a las viñas.
Se calcula que, por ese motivo, debido al mayor azúcar que han podido desarrollar las viñas, el volumen de mosto será mayor. 10 millones de hectolitros. Esto representa un 5% más que el promedio de la última década, y un 13% que el año anterior.
Viticultores optimistas
Esta combinación de celeridad de la vendimia y mayor volumen de mosto alimenta las esperanzas de los vitivinicultores. “En caso de que en las próximas semanas se mantenga este clima, los viticultores podrán escoger el momento más oportuno para los tonos de los aromas de las uvas”, considera Norbert Weber, presidente de la Asociación Vitícola Alemana.
Otto Guthier, un viticultor, declaró a DW-TV: “Abril y mayo fueron muy secos –la vegetación brotó muy pronto. Luego tuvimos unas temperaturas muy cambiantes y bastantes temporales. Pero eso no ha afectado a las cepas. Al contrario. Comenzamos la vendimia pronto, con mucho optimismo”.
Aunque los viticultores no quieren prometer demasiado, el DWI habla ya de caldos más frutales que de costumbre. Además habrá suficiente. Después de dos años de cosechas bastante magras que han ido acompañadas de un incremento de la demanda de vinos alemanes tanto en el país como en el extranjero las bodegas se encuentran vacías.
Gracias al Riesling
El volumen de las exportaciones entre julio de 2006 y julio de 2007 creció en un 18,2%. Según datos publicados por la Feria Vinexpo en Burdeos, este éxito se lo debe Alemania a su Riesling del Rin y el Mosela: el rey de los blancos germanos que de algunos años para acá ha vuelto a ocupar el lugar que le había usurpado el Müller-Thurgau. Ahora se trata de repetir su exitosa historia y colocar así de bien en el mercado internacional al “Riesling rojo”: el Spätburgunder, el mejor tinto alemán que proviene de la región del valle del Ahr. Este año pinta bien para ello.
En resumen, las cepas están maduras. Así, mientras todos se quejan de las locuras que se permite el clima, los caldos alemanes del 2007 prometen ser entre buenos y muy buenos… y los enólogos sonríen.