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Adiós Schumacher

Claas Hennig (dpa)10 de septiembre de 2006

El piloto más exitoso en la historia de la Fórmula 1 anuncia su retirada.

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Michael Schumacher celebra su victoria en Monza con Kimi Raikkonen.Imagen: AP

"Intransigente, obsesionado, perfeccionista", dicen de él sus compañeros de equipo y rivales, mientras sus allegados lo describen como "un hombre confiable, generoso, distendido". Pero lo único indiscutible es que con Michael Schumacher se marcha un ganador nato, el piloto más exitoso en la historia de la Fórmula 1.

"No soy una persona a la que le guste demostrar emociones, a excepción de ante aquellos que me conocen bien", dijo alguna vez el heptacampeón de la Fórmula 1 sobre sí mismo. "Me controlo lo mejor que puedo, lo cual quizás para mucha gente no refleja la correcta imagen de cómo soy".

Schumacher, que hoy anunció que se retirará al final de la actual temporada, fue el piloto que por más tiempo imprimió su sello a la Fórmula 1. Jamás estuvo un piloto tanto en primer plano de la actualidad como el alemán de Ferrari. Y eso que Schumacher nunca fue el campeón mundial de los corazones, como lo fue el malogrado brasileño Ayrton Senna.

El 'robot' en la crítica

BdT Schumacher gewinnt in Imola
Imagen: AP

Su dominio absoluto, con siete títulos mundiales y con casi todos los importantes récords de la Fórmula 1, creó distancia. Las reservadas apariciones en público del multimillonario reforzaron en la opinión pública la impresión de que se trata de un 'robot de carreras'. Es desconfiado en el trato con periodistas, debido en parte a numerosas negativas experiencias, y presupone una trampa en cada pregunta.

Junto a sus triunfos, Schumacher protagonizó también algunas sonadas polémicas. Como cuando intentó expulsar de la pista al canadiense Jacques Villeneuve en 1997 en Jerez cuando ambos se jugaban el título mundial, o este mismo año cuando 'aparcó' su Ferrari en Mónaco para obstaculizar la vuelta rápida de Fernando Alonso.

En todas esas ocasiones el campeón fue atacado con crudeza, y jamás reconoció su culpabilidad. Pero Schumacher lucha también por sus colegas. Así por ejemplo, financia prácticamente solo la organización de pilotos GDPA y fue siempre un abanderado de la seguridad en los circuitos.

Triunfos con Ferrari

Pero su carta de presentación fueron siempre sus victorias, que le convirtieron en uno de los deportistas mejor pagados del mundo con unos ingresos anuales estimados en 70 millones de dólares, codeándose durante años en las listas de los más ricos con Michael Jordan o Tiger Woods.

Cuando en 1996, pasó a Ferrari tras conquistar dos títulos con Benetton, la 'scuderia' vivía de viejos laureles: su último título se remontaba a 1979. Con el jefe de equipo y paternal amigo Jean Todt, así como con el director técnico Ross Brawn, el alemán moldeó un equipo y formó la 'troika' que llevó de nuevo al éxito a la marca.

Labor caritativa

Fuera de los circuitos, el piloto siempre prefirió un perfil bajo. Sus obras caritativas, en su calidad de embajador extraordinario de la UNESCO o en fundaciones para enfermedades del cerebro y de la médula espinal discurren en general sin conocimiento de la opinión pública. No quiso comentar, por ejemplo, cuando después de la catástrofe del 'tsunami' en 2004 en el sureste asiático donó diez millones de dólares.

Todo eso quedará en un segundo plano cuando el 22 de octubre se termine el Gran Premio de Brasil y con él la temporada 2006, porque Schumacher no se volverá a subir a un monoplaza. Seguirá ligado a Ferrari en un puesto aún por determinar y sin duda con menos atención

y presión que sus 16 años en la Fórmula 1.

El nombre de Michael Schumacher será ya leyenda. No todos estarán probablemente de acuerdo en nombrarlo el mejor piloto de la historia, porque le faltó el carisma y el cariño del público que tuvieron astros como Senna o Jim Clark. Pero nadie podrá dudar que con siete títulos mundiales, 90 victorias, 153 podios, 1.354 puntos, 68 'pole positions' y 73 vueltas rápidas, fue el más exitoso de todos los tiempos.